UN HIJO SACERDOTE
En un mes he asistido a dos Misas Solemnes, de sacerdotes recién ordenados. Las dos me han hecho pensar; son jóvenes y llenos de entusiasmo por haber sido y querido por ellos, elegidos por Dios para servir a la Iglesia, administrar los Sacramentos, y ayudar a tanta gente a conocer y amar a Jesucristo. Una misión apasionante!!!!!
En la homilía de hoy, un tío de Ignacio, también sacerdote, y muy emocionado de ver a su sobrino, siendo sacerdote como él, nos decía, que Dios le había llamado cuando era un muchacho a buscar la santidad en medio del mundo. En la familia aprendió a querer y rezar; en el colegio se metió su amor a la Virgen, que le llevó a decir que si a esa llamada de Dios.
Pensaba, en ese misterio que hay en la Santa Misa, que a las palabras del sacerdote, Jesús baja a estar con nosotros, se hace alimento para nuestro caminar de cada día. Es ADMIRABLE!!! lo que Dios puede hacer.
Con razón le decía su tío Javier: "Ignacio no te acostumbres a ser sacerdote de Dios".
Cuando le besé las manos ya consagradas, le dije, pido por tu fidelidad, y por dentro le decía " llévate muchas almas al Cielo".
ENHORABUENA!!!! a esos padres, que tanto han rezado por tener este hijo sacerdote, eran lógicas tus lágrimas Mª José.
En la homilía de hoy, un tío de Ignacio, también sacerdote, y muy emocionado de ver a su sobrino, siendo sacerdote como él, nos decía, que Dios le había llamado cuando era un muchacho a buscar la santidad en medio del mundo. En la familia aprendió a querer y rezar; en el colegio se metió su amor a la Virgen, que le llevó a decir que si a esa llamada de Dios.
Pensaba, en ese misterio que hay en la Santa Misa, que a las palabras del sacerdote, Jesús baja a estar con nosotros, se hace alimento para nuestro caminar de cada día. Es ADMIRABLE!!! lo que Dios puede hacer.
Con razón le decía su tío Javier: "Ignacio no te acostumbres a ser sacerdote de Dios".
Cuando le besé las manos ya consagradas, le dije, pido por tu fidelidad, y por dentro le decía " llévate muchas almas al Cielo".
ENHORABUENA!!!! a esos padres, que tanto han rezado por tener este hijo sacerdote, eran lógicas tus lágrimas Mª José.
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