“Te crees una fracasada; sin embargo, has conseguido realizar tu mayor sueño”, dice en un determinado momento la canguro Tully a Marlo, una mujer de mediana edad, profesional y madre de tres hijos pequeños. Si con los dos primeros ya le era difícil conciliar trabajo y familia –también porque su marido Drew no ayuda demasiado en las labores domésticas–, cuando llega el tercero, las cosas se complican bastante más. Por supuesto que tanto Marlo como Drew están superfelices con el benjamín; pero tras unas semanas de déficit crónico de sueño, ella no ve ya todo de color de rosa. Marlo accede así a la propuesta de su hermano Craig: contratar a una canguro llamada Tully para que cuide del bebé por las noches. Por fin, la madre puede dormir bien.