ESCLAVITUD INFANTIL
Siempre hemos soñado, con que los niños tengan una INFANCIA FELIZ; y cuando leemos estas noticias, o vemos reportajes en la tv, se nos encoje el corazón.
Teniendo todo lo que tienen, muchos niños, que les sobra, pienso yo. Hay otros que mal viven en pobreza y esclavitud, les hemos negado esa felicidad infantil, por no saber repartir con los demás y llegar a ellos para defenderles de esas formas ingratas e inaceptables en el siglo en que vivimos.
3 proyectos impresionantes en Haití, Togo y Camboya |
«Restaveks» y «portefaix»: es el Día contra la Esclavitud Infantil; así la combate Manos Unidas |
El 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil como homenaje al niño católico indio Iqbal Masih, vendido a la edad de 4 años por su padre para saldar una deuda de 600 rupias y que supuso que pasara los siguientes seis años trabajando en régimen de esclavitud. Desde muy joven denunció esta explotación y las mafias que se beneficiaban organizaron su asesinato, convirtiéndose en un mártir de la justicia. Manos Unidas (www.manosunidas.org) celebra este día difundiendo tres de sus proyectos contra la esclavitud infantil, que aportan acogida, acompañamiento y formación a los niños, y les dan la dignidad natural que les ha sido robada. ÁFRICA. Togo, “portefaix”, las niñas adultas del mercado En Togo, Manos Unidas ha financiado con 43.575 €, un proyecto que ha beneficiado a 500 "portefaix": niñas y chicas que trabajan durante toda la jornada como vendedoras en el mercado de Hanoukope (barrio del norte de Lomé, la capital del país). Estas pequeñas no tienen oportunidad de jugar, aprender, ser escuchadas, formadas, ni de desarrollar sus capacidades personales, si no es para la venta o para los trabajos que también realizan de servicio doméstico. Muchas de estas menores vienen del interior del país y siguen su ruta hacia Gabón para continuar siendo allí explotadas; las niñas son con demasiada frecuencia, víctimas de abusos sexuales. El socio local de Manos Unidas son las Hermanas Carmelitas Vedrunas que llevan desde el año 2000 trabajando contra el tráfico infantil en Gabón y al detectar esta situación en Togo, instalaron una casa en Hanoukopé en medio del mercado, construyendo además un centro de acogida y un centro de día en donde poder ofrecer a todas estas niñas y jóvenes, así como a toda la población del barrio, laformación y el apoyonecesario para poder ser reincorporadas a una sociedad de la que se encuentran marginadas. ASIA. Camboya: que el comercio sólo sea de mercancías En Camboya, uno de los países más pobres del mundo, donde el 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, muchos padres del entorno rural venden a sus hijos para pagar sus deudas y los pequeños acaban siendo vendidos para ser explotados sexual o laboralmente. En las ciudades de Neak Loeung (al Sureste de Phnom Penh) y en la ciudad de Poipet(Noroeste, en la frontera con Tailandia) la actividad comercial es enorme, pero también los flujos migratorios que, al provenir de las zonas más pobres, las han convertido en nichos de pobreza, malnutrición y abusos de poder, que afectan de manera más severa a los niños. Los pequeños viven y trabajan en la calle (59% de entre 5-17 años) y muchos han dejado de ir a la escuela (sólo el 43% asiste a clases). Pero además, los niños y en especial las niñas, son víctimas de tráfico y explotación sexual, una de las lacras del país y un degradante reclamo turístico. Por todo ello, Manos Unidas ha financiado a su socio local Damnok Toek con 40.877 euros para poder ofrecer educación y formación profesional a 150 jóvenes de los más de 900 que esta organización atiende desde hace más de 10 años en estas dos ciudades. Gracias a este proyecto se les imparte clases de alfabetización, sesiones informativas sobre tráfico de drogas, derechos de la infancia, salud, VIH/Sida y además se visita regularmente a las familias para involucrarles en el proceso y asegurar que no haya abandono escolar. AMÉRICA: el padre Miguel y los niños “restaveks” de Haití El país más pobre de América, que quedó devastado tras el terremoto sufrido el 12 de enero de 2010, posee además el problema de los “restaveks" (del francés rest avec) o niños y niñas esclavos domésticos. Se trata de una explotación generada por la falta de recursos de sus familias que viven en entornos rurales muy pobres, remotos y sin oportunidades y que son confiados a otras familias, también pobres pero de entornos urbanos, con la esperanza de que, a cambio de los trabajos del niño en las tareas del hogar, puedan acceder a más oportunidades, que por desgracia nunca llegan. |
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