MARÍA VALLEJO-NÁJERA
«Tras mi conversión mi vida se ha complicado muchísimo, pero soy mil veces más feliz» La escritora María Vallejo-Nájera ofreció hace unos días una conferencia sobre el arcángel San Miguel, en la capilla de Santa María de Zamartze (Navarra), con un lleno absoluto de un entregado público que no quería perderse su testimonio. Anteriormente, la escritora madrileña se había consagrado al arcángel San Miguel, en la iglesia de Santa María de Zamartze, en Navarra, un lugar sagrado tras la aparición del arcángel en 1169. - ¿Cómo ha sido la experiencia de consagrarse a San Miguel? - Muy fuerte, muy hermosa... Espiritualmente un pequeño huracán de amor a Dios, de sentir su protección desde el cielo. San Miguel se siente muy presente en ese precioso y santo lugar. Estoy muy feliz de haber estado. Me emocioné muchísimo al consagrarme al amor y a la protección de San Miguel. Ahora sé, por mi fe, que él estará siempre junto a mí. Ya Io estaba antes... Pero ahora ya no tengo ni la más mínima duda. - Usted misma ha comentado que la realización de su libro "Cielo e infierno: verdades de Dios" (LibrosLibres) le ha costado mucho trabajo, que se ha encontrado con muchas trabas ¿Cuál ha sido el principal impedimento? - Todo tipo de impedimento, desde miedo al demonio, amenazas, burlas (incluso de sacerdotes que no creen en el infierno, cuando es dogma de fe, qué pena...), risitas burlonas entre las amistades, y un sinfín de aburridos problemas que no quiero contar aquí... Pero el Señor es más grande: me rodeó de sacerdotes sabios y santos, que me han apoyado e iluminado en mi tarea literaria hasta el final. Resultado: récord de ventas y muchos lectores agradecidísimos en la web. Gloria a Dios. Yo sólo lo escribí por obediencia: así me lo llevaba suplicando mi director espiritual desde hace dos años. El también sufrió mucho mientras yo escribía el libro. El demonio nos odia a los dos, pero el amor de Cristo y su protección, ha sido, es y será, infinitamente más grande. Junto a Cristo la batalla siempre está vencida. - Para escribir este trabajo ha tenido que hablar con muchos exorcistas. ¿Qué historia de las que le han contado le ha impactado más? - He hablado sólo con dos, y la verdad, todo lo aprendido a su lado me ha impactado. He descubierto con mis propios ojos lo valientes que son, lo que aman a Dios. Han sido mis maestros en este horror de ministerio de liberación, y la verdad es que lo agradezco muchísimo. Ahora sé que todo lo que nos ha contado la Iglesia sobre el tema durante siglos, es verdad. Benditos sacerdotes exorcistas: sus manos consagradas liberan a las personas de posesiones diabólicas terribles. - ¿Por qué cree que cuesta tanto hablar del demonio, del infierno, incluso dentro de la propia Iglesia?- Porque somos unos zoquetes y unos cobardes. Y por eso en los seminarios no lo han enseñado bien. Estas verdades dogmáticas (son dogmas de fe, se pongan como se pongan, y si no me creen que miren el Catecismo, por favor), se estudian en una asignatura de la carrera de Teología que se llama Escatología. Pena me da cómo han dado las clases de Escatología en algunos seminarios en las últimas décadas. Así estamos ahora: que ni los curas creen en el infierno y en el demonio. Pobres: se les exigirá cuando fallezcan, en su juicio final, el habernos confundido a todos. Yo oro incesantemente por estos sacerdotes que no quieren enterarse de la verdad. Tendrían que ir de vez en cuando a un exorcismo: se les caerían las escamas de los ojos de una vez. - He escuchado en alguna de sus conferencias, que en cierta ocasión, el demonio le intentó matar y dice que le quiere matar ¿.No siente usted miedo? - Antes mucho. Ahora ya nada. Me parece que me empieza a tener miedo a mí porque no paro de rezar, de confiar en Cristo, y Él me protege. No puede contra Cristo. Y yo pertenezco totalmente a Cristo. - Hablemos ahora un poco de su conversión, ¿Cómo sucedió? - Eso es muy largo de contar... Solo te puedo decir esto: Cristo despertó mi alma en una peregrinación en Medjugorje (Bosnia-Hezergovina), en el año 2000. Desde entonces sólo me interesa una cosa: que al morir pueda entregar algo a Dios. Por ahora siento que llevo las manos vacías... - ¿Por qué cree que el Señor le regaló el don de la fe? ¿Por qué a usted y no a otros? - Lo he meditado muchas veces. Y he llegado a esta conclusión: mi padre había fallecido cuando yo pisé ese bendito pueblo. Creo que él debió interceder. Los padres e hijos que se van al cielo antes que uno (Cuerpo Purgante o Triunfante), tienen un poder incréible de intercesión por los que aún estamos vivos (Cuerpo Militante). Mi padre debía de estar muy feliz de ver a uno de sus tres hijos en ese lugar lleno del amor de la Virgen María, y debió orar mucho por mí. Entonces el Señor actuó. - ¿Cuál es el mayor regalo que se ha encontrado en la lglesia?- La Eucaristía, la Confesión y ahora estoy muy enamorada de la Adoración. Esos son los tres pilares que me sostienen en esta batalla en la que vivo. (Mi camino no es nada fácil; te aclaro que antes de mi conversión mi vida era muy sencilla. Ahora es una Iucha constante, pero soy muy feliz lrabajando así para mi lglesia, mis Cardenales, Obispos, mi Dios). - ¿Cuál cree que es el principal problema de nuestra sociedad? - La falta de fe y amor hacia Dios. Eso nos ha llevado a lo que vivimos. - ¿Y el principal pecado de esta sociedad? - El mío: la falta de fe. Me queda mucho que crecer en fe aún. En cada eucaristía le ruego al Señor que aumente mi fe. - ¿Por qué reza, en el día a día, María Valleio-Nágera? - Por mi familia, por mis amigos, por mis seguidores de Facebook (he llegado al límite permitido de entradas y todas esas personas desconocidas para mí me ruegan oraciones y me confían sus terribles problemas), por la lglesia, por los sacerdotes y por las vocaciones. - ¿Tiene algún próximo trabajo en mente? - Tengo 4 libros en cola: debo terminarlos antes de que pase demasiado tiempo. Todo llegará. |
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