PORQUÉ EL SILENCIO?





Mañana  me  voy  a  un  lugar,  donde  sólo  voy  a  Conocer más a Jesús,  y  a  saborear  las  Bellezas de  Dios,  como es la  Naturaleza,  donde  incluye los  pájaros,  las  ardillas,  el  río, los colores que van cambiando,  los  montes....

Todo  eso  rodeado  de un silencio INTERIOR,   que  es lo  que  hace  saborear  todo  ésto.  
El  mundo está lleno de escandalosos ruidos vacíos, nuestro interior es espejo de ello.  La necesidad de espacios de silencio en nuestra vida es una constante que grita con la voz de nuestras propias confrontaciones. Imperativo es, entonces, pensar en un silencio que me lleve al encuentro conmigo mismo,  y, sobre todo, con Dios que habla desde un Silencio de Amor.
Concibamos, pues, al silencio como un espacio privilegiado en nuestro andar… complejo, pero asombrosamente propicio de condiciones distintas para nuestro proceso de maduración en la fe, y porqué no,  humana.

.  Cuando nos cuesta hacer silencio, es porque tememos escucharnos en el silencio; tememos  lo que desconocemos, y si tememos a ese silencio, es porque nos aterra encontrarnos con nosotros mismos. Entonces, el silencio interior es un encuentro con nosotros mismos, a secas, sin adornos ni arreglos para hacer más digerible nuestra realidad personal.


Dios habla, lo tenemos claro; lo que tenemos que iluminar es que Dios también habla –y sobre todo– desde la Realidad: historia, pueblos, desde mis circunstancias personales… Veamos el silencio como un espacio privilegiado para encontrarnos con nosotros mismos, con los Otros y, consecuentemente, con Dios que habla con Palabras de Amor y silencio.

   Os  recordaré  y  estaré  cerca  de  vuestras  intenciones.

      Yo os  animo  a  dedicar  este  tiempo  de  silencio  interior,  para  conocernos  mejor  y sobretodo  saber  cual  es  el  sentido  de  mi vida.  ¿QUIEN  SOY?



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