.....SIN DRAMAS, EUROPA CAMPO DE BATALLAS


  En 1952 Umberto Scarpelli rodó Gli uomini non guardano il cielo [Los hombres no miran al cielo], la única película de difusión comercial estándar que se ha hecho sobre San Pío X [ver abajo la película entera]. Giuseppe Sarto, Papa entre 1903 y 1914, había sido beatificado un año antes y sería canonizado dos años después, convirtiéndose en el primer pontífice elevado a los altares desde San Pío V (1566-1572). El actor inglés Henri Vidon dio vida al personaje, retratando en su papel a un Vicario de Cristo atormentado por el empeño de las potencias europeas en desatar la que sería Primera Guerra Mundial.



La misma angustia que Francisco este domingo

De hecho, ésta estalló el 28 de julio de 1914 con la declaración de guerra de Austria a Serbia (hoy lunes hace justamente un siglo) y San Pío X murió el 20 de agosto, apenas tres semanas después, consumido por el dolor ante el espanto que preveía. El título del film alude precisamente a la ceguera de los gobiernos, enardecidos a cada paso que se daba adelante en el estallido de las hostilidades tras el asesinato en Sarajevo, el 28 de junio, del archiduque Francisco Fernando.

Es llamativa la similitud entre la llamada imperiosa a la paz lanzada este domingo en el Angelus por el Papa Francisco, y la que realizó justo hoy hace un siglo el Papa Sarto, tal como nos la presenta Scarpelli. Son argumentos análogos sobre lasconsecuencias del belicismo, sobre el sufrimiento que se desatará sobre los pueblos, sobre la neutralidad de la Santa Sede como instancia sólo interesada en la paz.

La Europa cristiana, destruida por el nacionalismo

El dramático llamamiento de Francisco este domingo tuvo lugar ante tragedias como las de Mosul, Gaza o el avión derribado en Ucrania, que parecen no tener comparación ante lo que fue la Primera Guerra Mundial que tanto hizo sufrir a su predecesor. Pero el principio es el mismo y, desatadas las iras de la guerra, la conclusión nunca se sabe cuál será.

Y en buena medida el enemigo de la paz es el mismo: el nacionalismo. En los inicios de la película, en conversación con su secretario de Estado, el español Rafael Merry del Val(1865-1930), San Pío X proclama cuál es la tragedia que se cierne sobre Europa: "Para nosotros, para la Iglesia, Europa es lo espiritual, el sagrado y pacífico imperio que los mártires y los santos crearon y unificaron en Cristo sobre las ruinas del paganismo y de la barbarie". Le responde el purpurado: "Los nacionalismos exacerbados se han desencadenado y amenazan destruir la unidad cristiana de Europa". Y concluye el Papa: "Al desencadenamiento del odio debemos responder con la movilización del amor y de la caridad". Justo lo que ha pedido, un siglo después, su sucesor argentino.

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