PORQUÉ EN VERANO, SURGEN ENFADOS?


Enfadarse es siempre una respuesta cargada de subjetivismo, respuesta que frente a un acontecimiento sobrevenido, desencadenado o imaginado lo interpretamos como una amenaza o un ataque de algo o alguien hacia nosotros.
En  verano la convivencia es más intima  y constante, y surgen  los inevitables  roces, que hay que saber  controlar y  no hacer una tragedia,  casi diaria  por tonterías.





Es natural y humano responder a las circunstancias externas, de hecho la reacción de enfadarse forma parte de nuestro instinto de supervivencia, pero según como y cuanto sea el grado de nuestra enfado también puede podemos llegar a poner en peligro nuestra supervivencia no solo física sino también afectiva, emocional y social.
La excesiva sensibilidad de sentirte en la necesidad de responder siempre discutiendo o enfadándose tiene un grave riesgo y es el de llegar a tener siempre la sensación sentirte con demasiada frecuencia herido por cualquier cosa y que esa sensación de ofensa permanente nos justifique el poder estar enfadándonos  por cualquier cosa y a cualquier precio. Esta actitud nos llevara casi seguro a estar discutiendo por todo o estar atacando física o verbalmente a cada persona u objeto que nos puede molestar…
Este grado de excesiva susceptibilidad nos puede suceder a cualquiera, sobre todo si estamos viviendo momentos de cansancio, excesivo calor, estrés o miedo; pero debemos estar vigilantes de que no debiera ocurrirnos de manera habitual ya que para eso existen leyes, normas sociales y  sobre todo el sentido común como estructuras que en la edad adulta deben forma ya parte de nosotros mismos.
Enfadados es cuando podemos probablemente:
  • Confundir el problema con la persona.
  • Haríamos cosas que jamás haríamos con la cabeza serena y estable.
  • Haríamos más grande el disgusto que el problema desencadenante del enfado.
Por eso es bueno tener en cuenta unas mínimas pautas de aprender a manejar nuestros enfados con auto-control y habilidades emocionales básicas y así si  somos capaces de conocernos y detectar cuando hemos tenido una descarga física por una adversidad  tener presente 3 formas sencillísimas de auto-ayudarnos a eliminar el exceso ocasional de neurotransmisores en nuestro cuerpo:
  • Realizar algún ejercicio físico, (salir a dar una vuelta rápida a la manzana sol@ o con la bolsa de la basura o la mascota…)
  • Hacer unos minutos de ejercicios de respiración, ( realizar en privado inspiraciones y espiraciones muy lentamente)
  • Ganar tiempo al tiempo, mientras se recupera la calma emocional, (contar hasta 10 antes de reaccionar).
Si conseguimos disminuir en un nivel razonable la descarga ocasional de energía, podremos recuperarnos como personas razonables y preparadas para volver a hablar asertiva mente.

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