A UNA SEMANA DE NOCHEBUENA!!!!!!


El  tiempo  corre  demasiado  de  prisa  y  nos  falta  una  semana para  que  sea  Nochebuena,  el  día  grande  de  las  Navidades.

En medio del tráfago de tantas noticias que nos asaltan cada día, y que pretenden cubrir los horizontes de nuestro vivir: desde el deporte, la política, el último modelo de coche junto al último atentado terrorista en cualquier lugar del mundo; Hay  que  disponerse  para saborear la noticia de un hecho histórico, temporal y eterno, que celebraremos enseguida: la novedad de la Navidad: el acontecimiento que descubrió a los hombres el sentido del mundo, el sentido de su propio vivir.





“La vida es el arte de ver lo esencial, escondido detrás de las apariencias. Ante el portal de Belén lo único que cabe es el sobrecogimiento, disposición del hombre frene al misterio. ¡Aunque sólo sea delante de la celebración del nacimiento de un hombre que cambió la historia del mundo!” (Manuel Mandianes).

En el pesebre de Belén está la más asombrosa realidad hecha Carne, hecha Misterio; el más asombroso Misterio escondido en la realidad de la Carne. Y no sólo la de un “hombre que cambió la historia del mundo”; sino la de “Dios hecho hombre, nacido de mujer”, que dio sentido a la historia de los hombres


En estos días tan cercanos a la Navidad, vuelve el hombre a sentir el sabor de algo que desconoce, de algo que le sobrepasa y le sobrecoge, de algo “incomprensible”, de algo inexplicable, como un recuerdo, una luz que quizá vislumbró en el seno de su madre.

En estos días, aquí y allá algunos dirigentes locales levantan la voz para quitar los nacimientos de este rincón visible de la ciudad, o del otro. ¿Tienen miedo a que el Niño Jesús, desde la cuna, difunda un espíritu contagioso que ponga en peligro sus puestos de mando? Pretenden llenar el silencio de la Nochebuena con olas de ruido insulso y desacorde. ¿Tienen temor al silencio del portal de Belén?  Repetir  la  historia  de  Herodes....


Siempre nos encontraremos alcaldes y alcaldesas, que pretendan ocultar cualquier signo visible de “Dios que se hace hombre”. Siempre se encontrarán hombres y mujeres que cierren los ojos para no ver el Misterio de Dios hecho realidad, y realidad “tangible”, escondido en un Niño que llora y sonríe en el Portal de Belén. Siempre podremos encontrar hombres y mujeres que se obstinan en no preguntarse nunca por el sentido de su vivir, por saber: ¿Quién soy yo?.
La  Navidad  son  días  mágicos,  de  unión  de  las  familias  que  a  lo  mejor  llevan  tiempo  sin  verse,  de  saborear  con  los  pequeños  los  villancicos,  nacimientos  donde  les  vamos  explicando  porqué  nació  el  Niño  Jesús....  las  calles  se  llenan  de  luz,  color y  bullicio....y  si  lográramos  que  todo  eso  tuviera  un  poco  de  ambiente  real  del  porqué  celebramos  estos  días,  sería  maravilloso.....no  nos  quedemos  sólo  en  la  parte  humana  que  se  esfuma

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