HOY VOLVEMOS A LA VIDA NORMAL
Se acaba un tiempo especial, las Navidades, donde suceden cosas especiales, y vivimos también con un sentimiento infantil- adulto, es una mezcla, que si paráramos a la gente para preguntarle, escucharíamos de todo.....regalos, comida, fiestas, familia (en tercer o cuarto lugar) qué pena, todo envuelto en un aire festivo.
Otros, por el contrario, lamentan el final de la chispa, de la novedad, de los planes diferentes, de los ratos sorprendentes. Cada uno nos situaremos en función de nuestra forma de ser y de nuestras circunstancias. Lo que parece claro es que la cotidianidad es valiosa en su pequeñez.
El día a día es maestro en muchas cosas también para mí. Todo se nutre misteriosamente al levantarme de cada jornada, en la bienvenida de cada amanecer, en la sencillez de un día en el que toda tu vida está en juego.
Nunca salen a la luz las historias calladas de todos los días. No conocemos la rutina de las personas con las que nos cruzamos o convivimos, y tienen mucha vida, anécdotas, vivencias, situaciones inesperadas, sorpresas......sobretodo que eso es lo que hace nuestra historia personal. Si las pusiéramos por escrito, saldría una gran novela.
Pero no conocemos a alguien si no tocamos su discurrir diario, si no nos embriagamos con el sobrio aroma de su “normalidad” diaria. Ahí somos lo que somos, en la vida diaria, ahí nos damos a conocer, ahí nos ocurren las cosas más variadas.........¿cómo no vamos a valorar todo eso que forma parte de mi, y que cuando sea mayor recordaré como algo especial?
Valora tu día, tu tiempo, tu vivir esas 24 horas.