INSATISFACCIÓN???????
Solemos entender la insatisfacción como un valor negativo, algo que molesta como una piedra en el zapato o un grano en cualquier parte. Sin negar que tenga un poco de eso, cuando la miras desde el lado medio lleno del vaso de Schrödinger, también funciona como un motor.
“Tal vez lo que vale más en el hombre es el instinto de exploración: ese afán de fuga que le lleva a escapar de sí mismo, esa oscura inquietud que le acomete, de pájaro emigrante atraído por toda palpitación de horizontes. Alguien ha dicho que vivir es querer vivir más, apetito de ampliación, un descontento difuso y sin tristeza […] que es como un amor sin amado y un como dolor que sentimos en miembros que no tenemos”.
. . Hace poco afirmaba que “huir es de valientes”, y me refería exactamente a esto. Lo de escapar de mí misma no iba de evitarme, sino de obligarme a convertir la insatisfacción, el descontento, en un disparador que me llevase a vivir más, a explorar más allá de lo que nunca había llegado.
Y eso estoy haciendo. Nunca sola, por supuesto, siempre ha sido impulsada por personas con propiedades catalizadoras que he logrado llegar un paso más allá de mí. Volviendo a cederle la palabra a Ortega: “Los hombres (y las mujeres, que siempre se le olvidan) no viven juntos porque sí, sino para acometer juntos grandes empresas”.
Sumando la ignorancia a la insatisfacción, resulta “que no sabemos lo que nos pasa: eso es lo que nos pasa”.
Así que haciendo recuento de cabezas tenemos que:
- Vivir es actuar, hacer de tu vocación y tu proyecto la guía de todas tus acciones. Otra cosa es traicionarte.
- La insatisfacción es el motor que se ocupa de enfocarte hacia ese proyecto a base de hacerte sentir mal cuando no estás realizándolo.
- Vas a equivocarte porque no lo sabes todo. Vas a sentirte mal. Y vas a tener que decidir qué haces con tus errores y con tu malestar.
El proyecto es un plan, pero es un plan que se basa en ir hacia aquello que te llena, lo que te hace sentir feliz. Lo importante no es cumplir el plan por encima de todo, sino que, por encima de todo, el plan siga siendo fiel a lo que tú eres.
Los planes, como dijo aquel, están para cambiarlos. Yo nunca he sabido vivir en el futuro: siempre se me escapan los plazos, me fallan los cálculos, se me olvidan las cosas… Yo sé vivir con los dos pies en el presente, y eso, como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Pero esa es mi apuesta
Siempre tendremos que elegir una opción y descartar todas las que no son exactamente esa. Actuantes e insatisfechos, tendremos que reconocer nuestra ignorancia si es necesario y cambiar el plan antes de que él nos cambie a nosotros.
Tendremos que vivir coherentemente con nuestro pensamiento y aceptar de buen grado las consecuencias. Si por la decisión que he tomado hoy de vivir volcada en el presente me tengo que lamentar en el futuro, será entonces, y sólo entonces, cuando me ocupe de resolver mi nueva circunstancia, cuando viva para ella. Hoy ya tengo bastante en qué pensar.
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