ME GUSTA LO SIMPLE
Me gusta lo simple: un abrazo, un gracias, un «cuídate». Me considero una fiel admiradora de las personas sencillas, porque para mí, son las más hermosas, esas que se dejan guiar por el sentido común, por su intuición y por ese corazón que no sabe de artificios.
Resulta curioso a la vez que inspirador saber que en la actualidad, tanto los enfoques de desarrollo personal como en el campo de las grandes organizaciones, se ha puesto de moda «rescatar» el valor de lo simple. De hecho, muchos expertos en marketing y publicidad tienen un lema que casi nunca falla «hágalo simple y algo ocurrirá».
Me gusta el olor de la gente sencilla, es la fragancia del respeto, de un «buenos días» con una gran sonrisa, de un «cuídate» con inmensa sinceridad…No hay falsedad en sus hermosas miradas ni aún menos en sus almas
Decía Antonio Machado «que es propio de los hombres de cabezas pequeñas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza». Es sin duda un buen ejemplo para describir a este tipo de personalidades para las cuales las cosas sencillas no tienen sentido. Confunden lo simple con «lo simplista». Ahora bien, la simplicidad no tiene nada que ver con lo ingenuo ni aún menos con lo necio.
En realidad, este concepto encierra un gran poder del que casi no somos conscientes.
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