EDUCACIÓN DE LOS HIJOS


¡¡¡¡Llega  septiembre!!!!!   con  todo  lo  que  conlleva;  vuelta  al  trabajo,  vuelta  al  colegio,  gastos  de colegio,  adaptación  de  un  horario,  encuentros  familiares,  vecinales,  del  trabajo,  conversaciones  sobre  cómo  hemos  descansado  etc  etc.....

Pero,  hoy  mismo  oía  en el  telediario  "deseando  que  los  niños  vayan  al  colegio......"

Y  ésto  me  hacía  recordar,  una  publicación,  (vuelvo  con  el  Doctor  Luis  Rojas  Marcos,  sobre  la  atención  de  los  padres  a  los  hijos)  que  saltan  todas  las  alarmas.
La  educación de los  hijos,  es  el  tema  más  importante  en  este  empiece  de  curso....no  hay  que  dejarlo  escapar, al  leer  este  articulo,  verás  reflejada  la  juventud  de  hoy....... 


Niña, Cara, Ojos Azules, Hood, Pelo Rojo 


Os  la  trascribo  y  luego  cada  uno  sabrá  poner  las  cosas  en  su  sitio.

Siempre ha habido alarmismo sobre la juventud

«La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros». Este texto, que alarma sobre lo mal educados que están los jóvenes y que probablemente más de uno suscribiría, no es de hoy, sino del siglo V a. C. Es una reflexión del filósofo Sócrates y se suelen recuperar para subrayar que siempre, incluso hace dos mil quinientos años, se ha pensado que la juventud está mal educada.
En esta ocasión, los dos textos de los que queremos hablar, ponen el acento en los padres y llaman la atención sobre dos aspectos de nuestro mundo actual: la adicción a la tecnología y el consumismo.
“aunque sea doloroso admitirlo, nosotros, los padres, somos la respuesta a muchas de las dificultades de nuestros hijos”. Nuestra forma de educar, “estamos reconectando los cerebros de nuestros hijos en la dirección equivocada y contribuyendo a agravar las dificultades” que se encuentran. Un comienzo muy alarmista que no nos debería hacer desestimar el mensaje central. Veamos:

Lo que nuestros hijos necesitan vs lo que el entorno les ofrece

En concreto,  nuestros hijos necesitan, para crecer sanos:
– padres emocionalmente disponibles,
– límites y guía claros,
– responsabilidades,
– nutrición equilibrada y suficientes horas de sueño,
– movimiento y aire libre,
– juego creativo, tiempo libre e interacción con los demás”.
Sin embargo,  les damos:
– padres distraídos con la tecnología,
– padres que dejan que los niños hagan lo que quieran,
– sentimiento de que merecen los privilegios en lugar de responsabilidad,
– nutrición no equilibrada y poco tiempo de descanso,
– sedentarismo y poco tiempo al aire libre
– sobreestimulación con la tecnología.
“¿Podría alguien imaginar que es posible criar una generación sana en un ambiente tan insano? Por supuesto que no. No hay atajos en la parentalidad y no podemos engañar a la naturaleza humana”.
¿Que  es  necesario?
 “volver a lo principal, poner límites y recordar que somos padres, no amigos, dar a nuestros hijos lo que necesitan y no lo que quieren, no hacer las cosas por nuestros hijos, retrasar la gratificación y estar emocionalmente presentes. Algunas de las ideas que nos ofrece son:
– Pasar una hora al día en un espacio verde
– Dejar los aparatos tecnológicos fuera de las comidad familiares
– Involucrar a nuestros hijos en una tarea al día (por ejemplo, doblar la colada, poner la mesa, ordenar los juguetes…)
– No usar la tecnología para evitar que se aburran
– Crear un kit de primeros auxilios frente al aburrimiento, con ideas de actividades
– Apagar los teléfonos hasta que los niños estén en la cama para estar emocionalmente disponibles
– Enseñarles a afrontar la frustración…
: “A mí no me vale eso de “le doy a mi hijo todo lo que yo no he tenido”. A mí me vale lo de “cuando sea padre comerás huevos”. El autor o autora del texto concluye: “Dale a tus hijos amor, cariño, educación, respeto y sabiduría, lo demás lo conseguirán por sí mismos”.
Culpar a cada padre, individualmente, de dejarse llevar por este entorno parece poco positivo y poco justo. Y por muy pertinentes que sean estas reflexiones, lo cierto es que parece necesario recordar que se habla de un problema social, de unos valores que están imperando en la sociedad
 “Muchos padres de hoy son auténticos héroes, por su capacidad para no perder la esperanza y buscar constantemente cómo mejorar”. Y por muchas pautas interesantes que estos textos ofrezcan a los padres, resulta necesario llamar a la reflexión sobre qué tipo de sociedad queremos construir para nuestros hijos.

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