UN HOMBRE INTACHABLE
El cocinero se sienta en una mesa con parte de su equipo de comunicación interna y muestra los vídeos que ha grabado a lo largo de estas jornadas. En uno aparece un hombre con un perro remando una barca dentro de un garaje, en otro unos bomberos portugueses que han venido a ayudar, y que se acercaron a saludarle para agradecer su trabajo cuando los incendios de Portugal.
“Les conocí allí”, cuenta. Parte del equipo se quita el barro y él les dice que igual sale a dar una vuelta ahora de noche a ver cómo están las cosas. “Me gusta recorrer las zonas de noche, se ve mucho más”, dice el cocinero. Se acerca a la mesa una persona de la calle a saludarle porque tienen una amiga en común.
Que la puerta del hotel esté repleta de furgonetas y jeeps con las pegatinas de World Central Kitchen da bastantes pistas de quién puede estar dentro y todo el mundo quiere agradecerle algo. “Es la vez que más fotos me estoy haciendo”, dice un poco cansado, “pero no es una queja”, aclara. De hecho, a cada paso que da caminando o con el coche estos días por Valencia, son cientos las personas que le dan las gracias por la comida, ”¡qué buena la fideuá!” “gracias por llegar donde no llega nadie”, le invitan a un café, le piden una foto, “¡esa hamburguesa!”. Y él a todos les responde: “‘Yo voto por ti’. ¿Y eso? No sé, se me ocurrió el otro día al pensar que yo votaría a toda esta gente que está aquí ayudando”, dice. Al rato, llega otra persona que quiere presentarle a la directora general de unos importantes supermercados. Entonces se levanta y se va.
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