AVENTURA EN EL ATLÁNTICO.....
'Las olas eran
enormes. Yo le rezaba a la pulsera que me regaló mi abuela'
Cuando aceptó, encantado, la invitación de unos amigos
para sumarse a un crucero a vela desde Baleares al Caribe, el tinerfeño Tony
Figueredo estaba lejos de imaginarse que acabaría rescatado cerca de su tierra
entre olas de varios metros y rezándole a la pulsera que le regaló su abuela.
Tony Figueredo es uno de los cinco tripulantes del velero Sabir, al que una
embarcación de Salvamento Marítimo tuvo que socorrer este miércoles A 37 millas (68 kilómetros) al norte de Lanzarote, después de que los
fuertes vientos reinantes en la zona rasgara sus velas y su motor dejara de
funcionar.
Figueredo había pasado el verano trabajando en una discoteca de Ibiza,
donde conoció a sus compañeros de aventura en el Sabir: Daniel, Gerardo, Pepe y
Patric. Cuando estos le propusieron apuntarse a su
viaje a través del Atlántico, ni se lo pensó: aceptó encantado y el 28 de
noviembre iniciaron su travesía.
Desde Ibiza, los cinco amigos pusieron rumbo al puerto de Cartagena,
primero, y a Gibraltar, después, desde donde partieron hacia Canarias. Tras
jornadas de placentera navegación, el temporal
que estos días mantiene en alerta a Canarias les sorprendió cerca de Lanzarote, con una fuerza que
les hizo perder el gobierno del barco.
"Ya estábamos cerca de Africa y el mar estaba muy
malo", ha relatado Tony Figuero, quien asegura que jamás en su vida había
visto unas olas de semejante tamaño. "Eran como dos barcos juntos. Cuando
subíamos, desde arriba nos parecía que aquello era inmenso", afirma.
El náufrago rescatado dice que
soportaron el temporal y la enormidad de las olas un día y medio y que, durante ese
tiempo, perdieron las velas y sufrieron vías de agua y averías en los motores,
de modo que el barco no podía avanzar entre el oleaje.
Al verse a la deriva y derrotados por la impotencia, el pánico hizo su
aparición entre los tripulantes. "Me puse muy nervioso, luego caí al suelo y me di un golpe, aunque sin importancia", relata ahora
en el puerto de Arrecife el tinerfeño, entre llamada y llamada telefónica a sus
familiares.
Perdido en el mar y solo la ayuda de la radio
Perdidos en el mar, los tripulantes del Sabir pidieron
auxilio por radio y recurrieron a todo lo que estaba a su alcance.
"<strong<="" strong="" style="margin: 0px;
padding: 0px;"> y que me regaló mi abuela en el año
ochenta", recuerda Tony Figuero, mientras exhibe orgulloso la prenda que
luce en su muñeca.</strong
La alerta movilizó a la embarcación Salvamar
Lanzarote, que zarpó a las 17.08 horas del miércoles de su base en el puerto
pesquero de Naos, en Arrecife, en busca de los náufragos.
"Cuando en medio de la noche vimos
acercarse la luz destellante de la Salvamar, sentí una sensación
indescriptible", recuerda Figueredo, que junto a sus amigos tardó 16 horas
en llegar a remolque de Salvamento Marítimo hasta Arrecife.
En puerto firme, los tripulantes del Sabir se preparan para viajar a
Tenerife y reparar el barco para proseguir su viaje hasta el Caribe. Sin
embargo, Tony confiesa que la aventura ha
terminado para él y que no piensa seguir en barco
"por nada del mundo"
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