EL JUEGO DE LA HORA.....
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EL RELOJ DE LA PUERTA DEL SOL PONE
A PUNTO LA HORA
España se dispone a desaprovechar esta noche una oportunidad histórica para poner fin a uno de los últimos reductos del «Spain is different» o de aquello de que «Europa termina en los Pirineos»: la diferencia de horarios con nuestros vecinos. Así lo creen, al menos, numerosos expertos que defienden que España debe adelantar sus horarios laborales, los de las comidas y el de los programas televisivos, y volver al horario que marca el meridiano de Greenwich para países como Portugal o Reino Unido.
Si España renunciara a adelantar el reloj una hora esta madrugada (a las dos serán las tres), el huso horario oficial se sincronizaría de nuevo con el horario solar que en realidad corresponde a la latitud de nuestro país. Y se pondría fin a un accidente histórico que dura ya 74 años.
Un «jet lag» constante
«Hay muchos españoles que no son conscientes del jet lag constante en el que viven y los costes asociados de no cambiarlo», advierte siempre que puede esta ejecutiva y defensora de la conciliación entre vida familiar y laboral.
Cenar a las diez de la noche
Una falta de consciencia que no se justifica desde luego en la falta de información, porque los estudios son cada vez más numerosos. Y también los reportajes que retratan ese exotismo horario que muchos perciben. «España, el país que cena a las diez de la noche»: así se titulaba un reportaje publicado el mes pasado por el «New York Times»«España conseguiría, sin costes, mejorar la calidad de vida, el rendimiento escolar, fomentar la salud y disminuir la siniestralidad laboral ganando en productividad y conciliación», sentencia en sus conclusiones. Y también acercarse más a Europa.
Mejor las jornadas intensivas
«En la mayoría de países europeos, el que se queda a trabajar más allá de las cinco es visto como alguien que no ha sabido organizarse bien, y además hay que pagarle esas horas extra, mientras que, en España, existe todavía la mentalidad de aquí estoy yo a las ocho de la noche para lo que haga falta», reflexiona.
Los datos indican que las jornadas intensivas mejoran la productividad por hora trabajada, una de las asignaturas pendientes de la economía española. Además de las repercusiones económicas y laborales, el informe de la universidad de Oxford compara los datos españoles con los del resto de Europa en ámbitos más relacionados con la vida personal. Y enumera las manifestaciones de ese “jet lag” permanente que denunciaba Algunos se lo tomaron como una afrenta patria. Otros, como el investigador de la universidad de Oxford, José Ma Chinchilla.
«Demasiado cansados»
Por ejemplo, el 41,3% de los españoles llega a casa «demasiado cansado para hacer labores domésticas» varias veces por semana, la segunda tasa más alta de la UE solo por detrás de Chipre, según los datos de Eurofound (agencia europea por la calidad de vida). Acostarse tarde, desayunar poco en casa por apurar minutos de sueño, interrumpir la mañana a las 10:30 para tomar un café y churros, comer en casa o en un restaurante de dos a cuatro, pasar por un atasco, salir de la oficina a las ocho, pasando por otro atasco, y cenar viendo el telediario a las 9 de la noche son «costumbres» españoles de solo siete décadas de antigüedad. «Cambiarlas no implica comer un sándwich encima de la mesa del despacho sino comer un plato de dieta mediterránea en una hora en lugar de dos platos en dos horas», aclara Fernández-Crehuet.
Conciliar con la vida familiar
Con 1,32 hijos por mujer de media, España tiene uno de los índices de fecundidad más bajos de la UE, lejos de la tasa de reposición de 2,1 hijos por mujer, pero también del ideal de 2,11 hijos de media con el que sueñan las españolas (por 2,06 hijos de media en el caso de los hombres, según el Eurobarómetro).
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