JOAQUIN NAVARRO VALS HABLA DEL ACTIVISMO DE JUAN PABLO II
«El activismo de Juan Pablo II fue el de la dignidad humana: nunca se sintió un político» Juan Pablo II murió el 2 de abril de 2005. Nueve años después, en el aniversario de "nacimiento a la vida eterna", su "dies natalis", el filólogo Jordi Picazo entrevista al doctor Joaquín Navarro-Valls, que convivió 22 años con el Papa polaco y ha sido el único laico de la historia en ocupar el puesto de Jefe de la Sala de Prensa del Vaticano. Desde cerca fue testigo de grandes cambios históricos, y del papel de Juan Pablo II en ellos. - La caída del Muro de Berlín en 1989, la abolición de la pena de muerte en países como Guatemala y Filipinas, evitar una guerra entre Chile y Argentina... ¿podemos hablar de un Papa "activista"? -Si usted quiere llamarlo así, yo no tengo inconveniente en aceptarlo. Activista, entre comillas al menos. Un activismo que se le puede atribuir a Juan Pablo II es el activismo de la dignidad humana. Ésa fue su arma, la de hablar, predicar y hacer lo posible por la dignidad del ser humano, y ahí entran guerras, totalitarismo, todo lo que usted quiera. - No se sentía un líder político ni siquiera cuando cayó el muro de Berlín y cambió la vida de centenares de millones de personas en todo un ámbito. No solamente hay que destacar el milagro del cambio: aquel cambio se produjo sin derramamiento de sangre, cosa que ningún historiador pensaba que podía suceder. Ahora, todo eso fue posible porque él era el gran activista -yo utilizo su palabra- el gran activista de la dignidad humana: aquello convenció. En Cuba, por ejemplo, estuve con él. Bien, el sistema en Cuba no es que haya cambiado de por sí, pero ha cambiado la Iglesia, ha cambiado mucho su presencia, su reconocimiento social en Cuba. Antes de aquel viaje estaba apartada de todo protagonismo social. De esta forma también se podría analizar Chile, Uruguay, Paraguay... -¿Se valora lo suficiente el magisterio de Juan Pablo II sobre la familia? ¿La Teología del Cuerpo de Juan Pablo II se ha difundido mínimamente al menos en ambientes católicos? -La Familiaris Consortio, la encíclica de Juan Pablo II, sigue siendo un gran documento sobre el amor humano. Un documento que, y a mí me sorprende, cuando a veces se viaja y se va a universidades fuera del ámbito habitual, en ámbitos nada sospechosos de catolicismo o de fe cristiana, vemos que continúa estudiándose y prestándosele atención porque tiene una riqueza extraordinaria. »Juan Pablo II, cuando era todavía obispo, ni siquiera cardenal, empezó a elaborar sobre este tema y escribió aquel libro estupendo que se llama Amor y Responsabilidad. El libro se difundió pero él mismo, y -esto me lo ha contado Juan Pablo II-, se dio cuenta que para entender bien Amor y Responsabilidad había que hacer una reflexión sobre quién es la persona humana. Ése es el déficit antropológico al que me refería. Después escribió Persona y Acto, un libro muy difícil pero muy rico desde el punto de vista antropológico, no de antropología cristiana sino simplemente antropología, “kultur”. En el fondo, hay que plantearse con seriedad filosófica y antropológica, y últimamente también ética, qué es el amor humano; cuáles son esos parámetros del amor humano que hace que el amor humano sea distinto del amor entre animales, que sea específico del ser humano, es un gran tema en el que nuestra época es deficitaria. Sin embargo la biografía para profundizar no falta, gracias a Juan Pablo II. |
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