PERSONAJE, QUE COMBINABA LO TRÁGICO Y LO CÓMICO.......

Hace un siglo nació CHARLES CHAPLIN.  Pequeño, no necesariamente feo y profundamente sentimental. Su imagen sigue siendo hoy, además del icono contemporáneo más célebre, un símbolo de resistencia contra el mito trágico de la modernidad




 

El pasado es una invención, dice John Banville. Recuerda Charles Spencer Chaplin un episodio en el trabajadísimo relato de su vida que él mismo califica como "notable".
 Por aquel entonces, con el siglo apenas iniciado, y tras pasar una temporada azotada
 por las borracheras de su padre, el niño Charlie y su hermano Sydney volvían con su madre, la estrella fugaz del vodevil conocida como Lily Harley. Regresaban los tres a la minúscula habitación que ocupaban en una de las calles traseras de Kennington
 Cross en Londres.

"Al final había un matadero y las ovejas pasaban delante de casa, de camino al sacrificio". Un día uno de los animales se escapó y el crío que luego se convertiría en Charlot asistió al primer 'gag' accidental de su vida. "Algunos intentaron echarle mano, tropezando entre ellos. Yo me reía, encantado de su pánico y de sus ágiles saltos", escribe divertido. Hasta que, entre lágrimas, dio con el verdadero significado de todo aquello: "Cuando cogieron a la oveja y se la llevaron al matadero me di cuenta de la realidad de la tragedia... Me pregunto si aquel episodio no puso los cimientos de mis futuras películas: la combinación de lo trágico y lo cómico".
Y tal vez en ese suceso fortuito se encuentre la clave de todo lo que vino después: entre el absurdo y la tragedia; entre la desolación y la carcajada. "Para reírte de verdad", escribió posteriormente, "tienes que ser capaz de agarrar el dolor y jugar con él". Hace cien años, nació Charlot. Lo hizo, como casi todos los grandes hallazgos de la humanidad, por casualidad. Y por tesón, cabría añadir. 'Making a living' es el título del cortometraje de un solo rollo que protagonizó Chaplin para la mítica productora Keystone de Mark Sennet en 1914 y que definiría al personaje para siempre. Allí es ya posible intuir la divertida soledad de un sujeto destartalado; un individuo fracturado que aún hoy es la mejor encarnación posible (con perdón) de la dimensión trágica y desestructurada del mito moderno. Suena tremendo y lo es.
Cuenta en su autobiografía (Lumen), que ahora se reedita, cómo empezó todo: "No sabía qué maquillaje ponerme... No me gustaba mi atuendo. Pero al dirigirme hacia el vestuario pensé que podía ponerme unos pantalones holgados, unos zapatones  y añadir al conjunto un bastón y sombrero hongo [que acabaría convertido en bombín]. Quería que nada fuera armónico... [Charlot] es al mismo tiempo un vagabundo, un caballero, un poeta, un soñador, un tipo solitario que espera siempre el idilio o la aventura. Quisiera hacerse pasar por un sabio, un músico, un duque, un jugador de polo. Sin embargo, lo máximo que hace es coger colillas o quitarle su caramelo a un bebé...".


Su película más oscura, 'Monsieur Verdoux', es también la más lúcida, la que mejor define la posición moral de Chaplin y, de paso, de su personaje Charlot. 
Fué  un  personaje  fascinante,  qué mímica,  qué  gestos,  qué  interpretación  tan  buena!!!!!!!

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