CUELGA LAS BOTAS, CON UN RECONOCIMIENTO A LO GRANDE!!!!!!


Se  merece  una  mención  especial,  sobretodo  para  los  que  reconocemos  en  el,  un  gran  jugador,  un  hombre  que  siendo  como  era, su valía,   no  se  atribuye  sus  méritos;  un  gran  padre  de  familia,  un  fiel  compañero  de  equipo  (sean  quien  sean,  como  lo  ha  demostrado  en  estos  últimos  años) , paciente  ante  la  adversidad  de no  saberse  reconocido,  pasa  desapercibido,   luchador  desde  joven que  tenía  claro  lo  que  quería  ser,  su camiseta  número  7!!!!!  de delantero,  la  hizo  grande.






  
Raul  es  leyenda.......  su  historia  es  para  que  sus  hijos  y su  mujer  se  sientan  orgullosos  de  su  padre  y  de  su  marido,  que  siempre  que  mete  un gol,  besa  su  anillo  de  compromiso,  Mamen  eso  denota  cómo  es  Raul!!!!!!

Sin esa esencia, sin esa infancia cruda en la Colonia Marconi, resulta imposible interpretar al mito.Sin ser el mejor en nada, le bastaba para ser el mejor en todo. Llevando el argumento al extremo, puede que su técnica fuera la más discreta en alguna de aquellas plantillas galácticas construidas por Florentino Pérez. Tanto daba.

En la calle Santa Engracia, traspasando el cordel del reservado de aquel bar de moda, podías tropezarte con Guti, Hierro o un delantero entonces en lo más oscuro del túnel. Al otro lado de la barra, Mamen servía las copas. Aquello no iba a  ser para pasar  una noche, sino para  ser  el  amor de toda una vida.

Si hay algo en lo que coinciden dentro del vestuario del Cosmos es en una cosa: “Raúl nos ha hecho mejores”, acuerdan en señalar los que son sus actuales compañeros.“Para nuestros jugadores, tener a Raúl ha supuesto aprender de uno de los mejores futbolistas del mundo. No sólo a cómo jugar técnica y tácticamente, sino también cómo cuidar de su cuerpo y cómo ser un buen profesional. Nos ha ayudado de una manera que no se puede imaginar y gracias a ello hemos evolucionado una barbaridad”, asegura Erik Stover, director de operaciones del club.

Más de 1.000 partidos y 80.000 minutos después, incluida su trayectoria con España, Schalke, Al-Sadd y Cosmos, jamás fue castigado con una tarjeta roja o con doble amarilla. Competir más que nadie no siempre quiere decir competir contra el reglamento.  Dice  mucho  de  ti.




Colgadas las botas, Raúl se quedará en Manhattan, donde reside ahora, ejerciendo de padre de familia numerosa. Museos, partidos de hockey, billetes de metro... Movimientos sigilosos, con el anonimato que ofrece la megaurbe a una figura del fútbol, sólo reconocida por los turistas europeos que se cruzan con él. Para el público norteamericano, nuestro deporte rey todavía sigue siendo una especialidad de aroma exótico.

GRACIAS  RAUL,  POR  SER  UN  GRAN  HOMBRE,  POR  SER  ESPAÑOL

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