SACA TU TERNURA.....LO NECESITAMOS
Si hay algún elemento que da belleza y sentido a la vida, ése es, sin duda, la ternura. La ternura es la expresión más serena, bella y firme del amor. Es el respeto, el reconocimiento y el cariño expresado en la caricia, en el detalle sutil, en el regalo inesperado, en la mirada cómplice o en el abrazo entregado y sincero. Gracias a la ternura, las relaciones afectivas crean las raíces del vínculo, del respeto, de la consideración y del verdadero amor. Sin ternura es difícil que prospere la relación de pareja. Pero además es gracias a la ternura que nuestros hijos reciben también un sostén emocional fundamental para su desarrollo como futuras personas.
Los humanos somos poco naturales para demostrar esa ternura, nos parece que demostramos ser sentimentalistas, débiles...al hacerlo.
El otro día en el programa de Bertín Osborne, que hicieron un resumen de las distintas entrevistas, hasta los que parecen más despegados, todos.... se conmueven y se arrepienten de no haber dicho a su madre que la quiere, o haberles darles dado en vida un beso y un abrazo.... más veces, cuando ya no se lo pueden dar. Con lo que llenan esas demostraciones de cariño, en su momento claro está, sentir que somos queridos.
En estas fiestas, tienen que haber abrazos, besos, cariño, gestos, miradas,, para revalorizar esa familia.
La ternura puede leerse como un acto de coraje, y también de voluntad para mantener y reforzar el vínculo de una relación. La ternura hace fuerte el amor y enciende la chispa de la alegría en la adversidad. Gracias a ella, toda relación deviene más profunda y duradera porque su expresión no es más que un síntoma del deseo de que el otro esté bien.
La ternura encuentra también un espacio para desarrollar su extraordinario valor en los momentos difíciles. Expresar el afecto, saber escuchar, hacerse cargo de los problemas del otro, comprender, acariciar, cultivar el detalle, acompañar, estar física y anímicamente en el momento adecuado
, son actos de entrega cargados de significado. Y es que en el amor no hay nada pequeño.
Probablemente en el futuro se descubrirá que en él residen nuevas y desconocidas capacidades del ser humano relacionadas con lo que ya hoy se define como "las claves de la inteligencia emocional": la empatía, la conciencia emocional de uno mismo, la transparencia, el optimismo, la iniciativa, la vocación de servicio, la inspiración, la alegría, la confianza y, cómo no, la ternura.
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