VUELA AMIGO, VUELA ALTO.........

La persona alegre es capaz de volar por encima de las preocupaciones cotidianas y de los problemas grandes y pequeños, y, desde esa altura, ve mejor. A la persona alegre no le salpica el barro del camino porque siempre se mantiene a una determinada distancia del suelo.



Las alas le permiten construir su casa por encima de los desasosiegos del mundo, como los pájaros hacen sus nidos en los árboles. Por eso, cuando uno se encuentra alegre (“alado”) es como si estuviera por encima de todo.
Aquí  me  acuerdo  de  esa  canción  de  Julio  Iglesias  que  me  gusta  cantar  "Vuela  amigo  vuela  alto,  no  seas  gaviota  en  el  mar,  la  gente  tira  a  matar  pero  volamos  muy  alto"
Una persona alegre es un espejo: ella se convierte en tu imagen porque tú te contagias de su alegría. Es lo que nos ocurre cuando nos asomamos a la cuna de un bebé, al juego de un niño o a las ilusiones de un adolescente. En este sentido, los padres nos vemos reflejados en nuestros hijos y nos hacen ser alegres porque ellos lo son.
Probémoslo. Sonriamos cada vez que nuestro bebé nos sonríe, alegrémonos cada vez que nuestro hijo se alegra de vernos y corre para echarse a nuestros brazos, dejemos que nos invada la felicidad cada vez que abre un regalo, riamos de emoción cada vez que se emociona.
Ponte una sonrisa, pero que te salga de dentro.  Acude  a  los  emoticonos,  que  llevan  sonrisas  por  todo  el  mundo,  ¡qué  distinto  sería  ver  a  nuestro  lado  caras  sonrientes!!!!!  y  no  caras  que  parecen  que  te  van  a  demoler......a  lo  mejor  no,  pero  ya crean  otro  ambiente.

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