UNA BUENA CALIGRAFÍA......
La escritura manual, para muchos, es prácticamente un anacronismo. Cada vez se ven menos sacapuntas, lapiceros, gomas... en ambientes laborales, e incluso, escolares y académicos. Sin embargo, los especialistas advierten que aprender a escribir (que no a teclear), puede ser la clave para, precisamente, aprender a escribir.
Independientemente de los purismos o nostalgias que algunos podamos albergar alrededor del asunto, lo cierto es que, como señala la nota de Perri Klass para El País de España, “hay un volumen cada vez mayor de estudios sobre lo que un cerebro que se está desarrollando con normalidad aprende mientras forma letras en la página, tanto en letra de molde o manuscrita como en cursiva”.
Existe una tendencia a infravalorar la escritura manual como una habilidad innecesaria, a pesar de que los especialistas han advertido de que aprender a escribir puede ser la clave para, en fin, aprender a escribir.
“La escritura manual (esto es, la actividad manual de formar e hilar letras) hace que la mente intervenga, y puede ayudar a los niños a prestar atención al lenguaje escrito”.
Un cerebro que se está desarrollando con normalidad aprende mientras forma letras en la página, tanto en letra de molde o manuscrita como en cursiva.
Los niños con buena letra suelen tener mejores notas porque a los profesores les resulta más agradable leer sus trabajos. Los niños con dificultades para escribir pueden encontrarse con que consumen un exceso de atención en producir las letras, en detrimento del contenido.
“El mito de que la escritura manual no es más que una aptitud motriz es totalmente erróneo”, afirma Berninger. “En ella utilizamos partes motrices de nuestro cerebro, y también planificación y control motrices, pero hay una región cerebral crucial en la que coinciden la visión y el lenguaje. Es el giro fusiforme. En él, los estímulos visuales se convierten efectivamente en letras y palabras escritas”.
En los niños pequeños con un desarrollo normal parece que teclear las letras no genera la misma activación cerebral. Por supuesto, a medida que nos hacemos mayores, la mayoría de nosotros pasamos a escribir a máquina, aunque, igual que muchos de los que enseñan a alumnos universitarios, yo misma me he enfrentado al tema de los ordenadores portátiles en clase más porque me preocupa que la atención de los alumnos se distraiga que por fomentar la escritura manual.
No obstante, según los estudios sobre la toma de apuntes, parece que “es menos probable que los estudiantes universitarios que escriben en un teclado recuerden los contenidos y sepan reproducirlos que si escriben a mano”, afirma Dinehart.
“Primero a escribir a mano, por la lectura, ya que la escritura manual facilita un mejor reconocimiento de las letras; luego, la letra cursiva para el deletreo y la redacción; a continuación, empezando en los últimos cursos de primaria, la mecanografía a ciegas”.
Ahora en verano, es bueno sacar tiempo para que los niños hagan escritura, copien párrafos que les resulte divertido, y asi vayan formando su letra.