DESENCANTO DE UNA DECEPCION
Todos hemos sufrido el desencanto producido por una decepción. Pero ¿sabes por qué? porque ponemos el corazón en aquella persona o en aquel trabajo que preveíamos nos iba a cambiar la vida. Siempre es porque esperamos algo que alguna vez termina o nunca llega. Y lo que es más importante,...Todos hemos confiado alguna vez en alguien que ha terminado haciéndonos daño.
Estas situaciones no nos pueden hacer unos descreídos, desconfiados, seguramente hemos dicho que nunca más “volveríamos a caer” en el mismo juego..... lo podemos dar la vuelta en positivo y pensar, primero que de todo se aprende, que aquello no me convenía, y por supuesto nos fortalece porque en el fondo estábamos buscando nuestra propia felicidad.
Sea cual sea el caso, lo normal es que la decepción profunda nos deje también una herida profunda que va a tardar en cicatrizar. Un daño que a menudo tiene que ver con la confianza, una de las cosas más difíciles de restaurar.
Lo cierto es que la vida es un misterio que merece ser vivido. En este sentido, lo recomendable es no estar pendientes de manera constante de lo que va a suceder o de cómo se van a comportar los demás con nosotros, y reaccionar pronto con las cosas inesperadas y no por ello menos dolorosas.
Saber encontrar otros caminos, los hay...los hay, es pasar página y empezar en otra que empezamos a escribir.
Esto es fácil decirlo, y no lo es llegar a ponerlo en su sitio.....pero si se puede.