SE OYE: "TENGO QUE ESTAR EN TODO"
El fenómeno corresponde a todo el trabajo invisible que permite que funcione con eficacia un ambiente domestico. Antes de hablar de compartir las tareas en pareja, se trata de todas las pequeñas cosas en las que las mujeres piensan continuamente.
Para poder dedicarse a estas cosas, o incluso para delegarlas, lo primero hay que pensarlas, y es aquí donde Emma, autora de un comic sobre el tema que se ha convertido en viral en Facebook, denuncia: a menudo es la mujer sola la que tiene que pensar en todo, cuando su pareja se pone en actitud pasiva y encuentra lógico que se le tenga que pedir que haga las cosas. La mujer se convierte en el “manager del hogar”.
Este fenómeno fue descrito por la socióloga Susan Walzer en 1996, en su estudio titulado “Thinking About The Baby”. Tras entrevistar a 23 parejas que habían tenido hijos en los 12 meses anteriores, deducía que las mujeres asumen el peso de la educación del niño y el mantenimiento del ambiente domestico ya en el plano mental, emocional e intelectual.
La socióloga constata que las mujeres se preocupan, organizan y delegan más que su pareja. Incluso cuando las tareas domésticas se dividen por igual con el padre, son ellas las que establecen la lista de cosas por hacer.
“Soy la que se da cuenta de…”. Y explicaba: “La pasta de dientes se ha terminado, y también el colutorio sabor a goma de mascar y el hilo dental”. “Soy yo la que se da cuenta de que… no quedan barritas de cereales, meriendas, fruta seca o legumbres, y tantos snacks que nos salvan la vida”. Y enumeraba todos los pensamientos estresantes que cada día se añaden a la to do-list mental de las mujeres.
Para poner en marcha una organización que funcione, Isabelle aconseja escribir en la agenda profesional de cada uno sus tareas personales, pero teniendo un calendario de referencia, en casa, donde se anotan las tareas de cada uno. Si un día uno tiene una reunión a una hora intempestiva, el otro debe saberlo para poder organizarse.
“No es que yo ayude a mi mujer: yo gestiono mi casa con ella”. Para reflexionar…
Es un buen modo de compartir, y llevar entre los dos ese hogar, tanto es de la madre como del padre ( no puede sentirse servido y desentendido).