SACUDETE!!!!!! LLEGA NAVIDAD.....


Esta mañana  pensaba  después  de  tanta  espera  del  cambio  en  Cataluña  (necesario)  es  que  aún  no  nos  hemos  dado  cuenta  que  quien  maneja  los  tiempos  es  Dios.  Nos  empeñamos  en  sacar  adelante  lo  que  queremos;    la  libertad  del  hombre  que  es  un  don  que  Dios  nos  ha  dado  para  elegir  (ya  desde  Adán  y  Eva)  la  manejamos  como  queremos...se  nos  ofusca  la  inteligencia  mezclada  con  la  soberbia....y  no  nos  deja  ver  con  claridad  la  gran  Verdad y  elegimos  mal.. Y  tropezamos  con  la  misma  piedra...... sin  darnos  cuenta  

Y  eso  nos  pasa  ahora  con  la  Navidad,  "una  Navidad  a  mi  manera"  a  mi  gusto  ......explosión  de  consumismo  y  nada  más....cuando  hay tanto  para admirar!!!!!


En realidad  lo hacemos porque son agudas e incomodas correcciones las que, paradojicamente, se vuelven convenientes, eficaces y seguras para ayudarnos a conseguir esa paz que tanto anhelamos. Porque sacudiéndonos un poco nos permiten mirar más allá de lo rutinario, para volver a lo esencial. Ya muchos siglos atrás el mismo San Agustín utilizó este método, cuando en uno de sus sermones decía:
«Despierta hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre. Estarías muerto para siempre, si él no hubiera nacido en el tiempo» (Sermón 185: PL 38, 997-999).
Esto es lo que de alguna  manera  nos  incomoda : “Despierta tú que solo piensas en los regalos que vas a recibir o a regalar” “Despierta tú que sólo te preocupas de que ropa vas a vestir y de lo que pensarán los demás” “Despierta tú que sólo esperas un momento de paz y de fiesta pasajeros, o incluso de diversión mundana”… “Despierta,  por ti Dios se hizo hombre”. Y también para aquellos que se encuentran en el lado opuesto: “Despierta tú que vives sin un sentido y no crees ya en nada ni en nadie”; “Despierta tú que no tienes ningún motivo para levantarte esta Navidad a celebrar”; “Despierta tú que vives en profunda soledad, tú que sufres en el silencio y la incomprensión”  … “Despierta, surge de entre los muertos, y Cristo con su luz te alumbrará”.
He aquí la gran y única verdad que resiste toda prueba, y que por ende puede traernos una felicidad auténtica: existe Alguien que nos ama con locura, incondicionalmente, sin medidas, y viene a nuestros encuentro en estos días. Es algo que nos recordaba el entonces Papa Benedicto en una bonita homilía del 24 de diciembre del 2011 en la noche, cuando comentando la lectura del profeta Isaías decía: «Nos encontramos ante una visión que va, mucho más allá del momento histórico, hacia algo misterioso que pertenece al futuro. Un niño, en toda su debilidad, es Dios poderoso. Un niño, en toda su indigencia y dependencia, es Padre perpetuo.
 Y la paz será “sin límites”». En estos días de fiestas, viene Aquel que nos promete una paz sin límites. Viene un niño que quiere despertarnos del sueño, del sopor de lo demasiado terreno, de lo demasiado humano, para hacernos mirar como el profeta hacia el futuro. Pero no ya un futuro lejano y oculto, algo así como una promesa que vendrá, mas no todavía. No. Se trata más bien de mirar un futuro que se ha hecho presente, que se ha hecho tangible, que se ha condensado en un punto especifico de la historia, en el nacimiento de un pequeño.
He aquí el verdadero motivo de nuestra alegría y de nuestra fiesta: Dios ha tocado con su Amor la historia y el tiempo, abrazando de forma plena e incondicional todo lo nuestro

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