EDUCAR, RECTIFICANDO
Que educar tanto a los hijos como a los alumnos es dificilisimo.....no nos cabe la menor duda.
Aunque tengamos ideas preconcebidas sobre cómo ser buenos padres, buenos maestros, muchas veces tendremos que ir rectificándolas. A medida que aprendemos más sobre los niños, y los conozcamos mejor las creencias sobre cómo educarlo irán cambiando. Por ello, nunca nos debemos cansar de aprender de nuestros errores.
Porque tengan la idea de que un padre o un profesor es perfecto, saben que no es así, y esto aumenta al ver los errores, el juicio.
No debemos frustrar al niño a propósito para que aprenda, no podemos ni decirle que sí a todo, ni negar los deseos del niño sistemáticamente.
Si el pequeño tiene una pataleta, ceder y darle la razón para que deje de protestar no es la solución. Por el contrario, una respuesta firme y una invitación al niño para que piense, recapacite y estudie su actitud suele ofrecer mejores resultados.
No caer en actitudes algo autoritarias. Una de nuestras funciones como padres y maestros es escuchar sus necesidades y tratar de cumplirlas de la manera más efectiva posible, no de la que creamos nosotros que es la correcta.
Las opiniones de los niños también deben ser tenidas en cuenta. Es darles la opción a poder decir su opinión.
Lo cierto es que, por más que cueste, hay que tratar de discutir con ellos de forma calmada. Por lo general, alcanzar consensos con nuestros hijos siempre será más positivo que simplemente dar un puñetazo sobre la mesa.
Escuchar y dialogar......que sepan el porque de lo que no admitimos, esto subrayado con un gran tema "confianza"; si hay distanciamiento..... lo primero es ganártelos y tratarlos con cariño.
La educación es adquirir forma, hacerles moldeables. De hecho, toda la vida es un aprendizaje.
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