TIEMPO DE ESPERANZA, MARÍA MUJER DE FE



   La Virgen no sólo dijo fiat, sino que cumplió en todo momento esa
decisión firme e irrevocable. Así nosotros: cuando nos aguijonee el
amor de Dios y conozcamos lo que El quiere, debemos
comprometernos a ser fieles, leales, y a serlo efectivamente.

   Porque no todo aquel que dice Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos; sino aquel que hace la voluntad de mi Padre celestial.


   es igualmente
cierto que durante su vida terrena no fueron ahorrados a María ni la
experiencia del dolor, ni el cansancio del trabajo, ni el claroscuro de la
fe. A aquella mujer del pueblo, que un día prorrumpió en alabanzas a
Jesús exclamando: bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos

que te alimentaron, el Señor responde: bienaventurados más bien los
que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. Era el elogio
de su Madre, de su fiat, del hágase sincero, entregado, cumplido hasta
las últimas consecuencias, que no se manifestó en acciones
aparatosas, sino en el sacrificio escondido y silencioso de cada JORNADA (Es Cristo que pasa 172)


                   Maestra de fe. ¡Bienaventurada tú, que has creído!



DILE ALGO, NO HACE FALTA QUE SEAN ORACIONES, LO QUE TE SALGA  DEL CORAZÓN



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