EDUCAR EN LA CULTURA DEL ESFUERZO



       Entre los 7 y los 12 años se encuentra la etapa ideal para educar en el trabajo y en el esfuerzo.

   Pero para que el trabajo y otras actividades de la vida sirvan como medios de educación, tenemos que dar prioridad a la persona, a nuestro hijo, no al resultado final. Importa más su trabajo y esfuerzo, en lugar del nivel objetivo alcanzado, aunque una cosa llevará a la otra. 

   Por lo tanto, es preciso ofrecerles las razones de su trabajo, despertando en ellos la satisfacción de la obra bien hecha. Además, hay que trabajar bien, lo que conlleva el esfuerzo y el ejercicio de la fortaleza. Solo lo bien hecho, educa. Si no hay esfuerzo, no es posible adquirir virtudes. 


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