EL SONIDO DEL MAR...


TEMPORAL EN GALICIA


   Cuando se alían el mar y el viento parece que todas las furias de la tierra se desatan. En estos días un temporal de fuerza inusitada barre las costas del norte peninsular.  En Galicia esto no es nada nuevo. Lo que sigue es sólo una pequeña muestra de cómo se las gasta el océano por aquellas costas. Una recopilación de instantes registrados en diferentes momentos, en los últimos años, pero que en conjunto pueden dar una idea de lo que está pasando en las costas gallegas y, en general, en todas las del Cantábrico.
A 110 kilómetros por hora, un temporal de noroeste sacude el faro de Cabo Vilan, en la Costa da Morte. El viento sopla fuera, pero dentro de la torre de piedra el bufido parece que surge del fondo de la tierra. Arriba, ráfagas de lluvia golpean con rabia la linterna de cristal. Con todo, en medio de este maremágnum la solidez del faro -más de un siglo aguantando lo indecible- inspira confianza. Relativamente.
Si dentro del faro la situación era inquietante, fuera lo es mucho más. Olas gigantescas, formadas a cientos de kilómetros mar adentro, descargan con furia contra los acantilados de Cabo do Home, en la península de Morrazo. La primera línea de defensa de la tierra contra el mar.
Puede que los espigones de los puertos frenen las olas, pero no al viento. En el de Malpica la flota está amarrada, el agua salpica en los muelles; las arboladuras de los barcos actúan como un gigantesco instrumento de cuerda del que el aire extrae todas las notas de la escala musical.
 Pero el viento es ante todo un constructor de paisajes. A veces muy rápido. Una duna es una montaña de arena acumulada por el aire. En Corrubedo las dunas avanzan tierra adentro, lentas, sin pausa, impulsadas por un motor en movimiento continuo.

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