LA GRAN SOPRANO DE LA OPERA
La famosa soprano catalana recibe el Premio Bravo de Música |
Montserrat Caballé: «Mi relación personal con Cristo es muy íntima. Por eso rezo en silencio» Sin embargo, y aunque bien podría haber caído en la altivez y en la soberbia que han sufrido otras ilustres divas del bel canto, la soprano catalana se ha caracterizado siempre por su naturalidad y su sencillez, nada impostada. Quizá porque nació en el seno de una familia humilde; o porque sus padres le inculcaron la fe en Dios que ella vive íntimamente y que ha querido transmitir a sus dos hijos; o porque a través de la música se ha acercado muchísimas veces al Creador, y ante Él, «no hay sitio para adulaciones». Ahora, la Conferencia Episcopal Española le ha concedido el Premio Bravo de Música 2013, y aunque no podrá recoger el galardón en persona, a causa de un pequeño percance doméstico, ya ha mostrado su agradecimiento a la organización. - La Conferencia Episcopal Española le ha otorgado el Premio Bravo, «por su servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores evangélicos». ¿De qué forma ha intentado vivir esos valores evangélicos en su trabajo, en su familia y con sus amistades? - Con el amor y la fuerza que me da la fe en Dios, y, por tanto, la fe hacia todo ser humano. - El mundo del espectáculo es, en ocasiones, un ambiente hostil para vivir la fe. ¿Le ha resultado difícil expresar su fe, a lo largo de su trayectoria? - La fe se lleva dentro. Así que, viviéndola así, no es difícil mantenerla ante cualquier situación o adversidad.- Usted ha sido aclamada, reconocida y admirada tanto por el público como por la crítica, y en todo el mundo. ¿Cómo se lucha contra la tentación de la vanidad, cómo se logra ser humilde, cuando el mundo adula y alaba (incluso, y sobre todo, cuando esa alabanza se hace con buena intención y con toda justicia)?- El saber que has cumplido con tu misión, el saber que has servido con la verdad al genio Creador, que en este caso se presenta a través del genio creador del compositor, te llena el espíritu de tanta felicidad que, en realidad, no deja sitio para alabanzas ni para adulaciones. - Usted ha cantado delante de Juan Pablo II, en 1982, y delante de Benedicto XVI, en 2006. ¿Le gustaría cantar delante del Papa Francisco, ahora que se habla de un posible viaje del Santo Padre a España, con motivo del centenario de santa Teresa? - En aquellas dos ocasiones, delante de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, sentí una emoción muy grande al cantar. Así que, lógicamente, si pudiera, también me gustaría poder cantar para el Papa Francisco.- ¿Son la música y el arte un camino para acercarse a Dios?- Quizá. Pero es que yo creo que el hecho de estar al lado de Dios no necesita caminos. - Usted siempre ha defendido la importancia de la familia. Sin embargo, su trabajo le ha obligado a trabajar muchas horas y a viajar mucho. ¿Cómo ha podido cuidar su matrimonio y ocuparse de la educación de su hija, con esa circunstancia tan complicada? - La influencia y el ejemplo de mis padres en mi vida y en mi fe ha sido total. Por eso, yo también he intentado combinar los viajes profesionales con mi vida familiar, sin descuidarla. - Decía san Agustín que «el que canta, ora dos veces». ¿Ha llegado a rezar, a entrar en presencia de Dios, al cantar alguna composición, bien durante los ensayos, bien durante una actuación?- Sí, sobre todo con el oratorio La Vierge, de Jules Massenet. Ésa es la pieza que más me emociona y conmueve, la que más me ayuda a sentir a Dios. - Y además de cantando, ¿cómo reza Montserrat Caballé? - Mi relación personal con Cristo es muy íntima. Por eso, rezo en silencio.- Algunas personas critican a la Iglesia tachándola de oscurantista u opresora. Sin embargo, pocas aportaciones artísticas a lo largo de la Historia pueden compararse a la que ha llevado a cabo la Iglesia, desde la música sacra a innumerables obras de todas las disciplinas artísticas. Como artista, ¿cómo valora el legado cultural del cristianismo?- Bueno, yo considero que el legado cultural más importante y relevante del cristianismo es, ante todo, la fe. El arte que nace de la fe es el mayor arte que existe, y también es el mejor para que la Iglesia siga conduciendo a sus rebaños al encuentro de Dios. |
Comentarios
Publicar un comentario