ALCOHOL PARA COGER EL PUNTILLO????????


El alcohol disminuye el sentido de responsabilidad, nos hace más imprudentes y puede elevar la agresividad. La mayoría de los chicos y chicas que beben alcohol lo hacen porque les ayuda a relacionarse con los demás, o lo utilizan para celebrar los momentos alegres o superar los tristes.
Los niños y los adolescentes absorben el alcohol más rápidamente que los adultos y sus hígados lo metabolizan con menos eficacia. Los propios adolescentes reconocen que no beben de manera social, como lo hacen los adultos normalmente, sino para cogerse el puntillo o emborracharse.
 

 

 

Beber alcohol, la atracción por lo prohibido

La adolescencia y preadolescencia es el tiempo en el cual la persona crece y se desarrolla física, psicológica, emocional y socialmente. Es un periodo dinámico de renovación y de continuos cambios, una auténtica revolución hormonal y una tormenta de sentimientos contradictorios. Está considerada como una etapa emocional y nutricional inestable, con fuerte atracción por lo que se considera prohibido, peligroso y susceptible de riesgo. La vulnerabilidad psíquica del adolescente es muy influenciable por los medios de comunicación sobre las tendencias, las modas, la música, las dietas, las bebidas refrescantes o alcohólicas, que inciden en las pautas de conducta, nutricionales y de comportamiento de estilo de vida.

El alcohol y las relaciones sociales

La mayoría de los chicos y chicas que beben alcohol lo hacen porque les ayuda a relacionarse con los demás, o lo utilizan para celebrar los momentos alegres o superar los tristes. Cuando uno se intoxica con el alcohol resulta evidente para todos, incluso si se empeña a gritos en asegurar que él no está borracho. Eso no se sostiene a la mañana siguiente, cuando se sufre un terrible dolor  de cabeza, se tiene los ojos inyectados en sangre, con sudores, náuseas, temblores, pérdidas de memoria y los síntomas extremos del efecto diurético del alcohol.

Al contrario de otras drogas como la marihuana y el LSD, el alcohol tiene la virtud de proporcionarnos numerosas señales del daño que está provocando. Inicialmente, el alcohol puede hacer del mundo un lugar mejor; tras un rato, sin embargo, los efectos sedantes le ganan la batalla a los estimulantes y los efectos placenteros se cancelan.

Es evidente  que  los  adolescentes,  se  dejan  llevar  para  sentir  sus  propias  sensaciones,  y  por  ser  como  los  demás,  lo  que  indica  esa  falta  de  personalidad , ( si  uno  se  tira  por  la ventana, yo  me  tiro?)

Saber  dar  a  los  hijos las  razones  para  que  se  den  cuenta,  lo  que  implica  no  hacerse  adicto  a  este  vicio, y  a  estas  formas  que  llevan  muy  lejos.

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