EL LIBRO COMO ESPEJO PERSONAL DE LA VIDA



Publico  esta  entrevista  de  un  sacerdote  joven,  que  falleció  con 55 años,  lleno  de  vida....esas  cosas  que  no  esperas.profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra
,el lunes 2 de Febrero, en Pamplona a causa de una inesperada enfermedad.

He  cogido  sus  palabras  porque  le  gustaba  mucho  la  lectura.

Entrevistamos a don Miguel Lluch Baixauli. Nacido en Valencia, 18 de septiembre de 1959,  allí estudió Historia  y después Teología en Roma. Ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1987. En Pamplona terminó la Licenciatura en Teología y el Doctorado en 1988. Obtuvo el Diploma de Estudios Medievales y el Doctorado en Historia de la Civilización Medieval en la Universidad de Lovaina (Louvain-la Neuve) entre 1990 y 1994. Ha enseñado Historia de la Teología y de la Iglesia en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra desde 1987 y AntropologíaÉtica y Teología en diversas Facultades de la Universidad.





  • ¿Cómo nació su afición por la lectura?
Recuerdo el momento en el que comencé a leer. Era en “La Cigüeña”, la guardería valenciana de mis primeros años, que ya no existe. Creo que una de las profesoras que nos cuidaban me iba diciendo cómo hay que leer mientras yo me metía en la piscina y volvía a salir. De pronto, en uno de esos viajes me puse a leer yo solo. No recuerdo lo que pasó antes y después, pero ese momento no se me olvida. Ahí empezó todo… Bueno, podría haber sido de otras mil maneras, pero fue así y el momento está bien registrado y por eso he querido contarlo aquí. Después vino la afición por leer, creo que vino sola y que empezó muy pronto. No creo que me aficionara porque alguien me dijera que leer era muy útil o algo así, vino sola, como las cosas más auténticas. Me gustaba desde pequeño oír historias de la familia, de mis abuelos, de mis tíos y tías, esas historias que llegas a aprenderte casi de memoria. A la vez, me encantaba la Historia. Leía las biografías de grandes famosos, me encantaban las aventuras heroicas. No en grandes libros, colecciones juveniles y todo eso. Pero la Historia se me hacía cada vez más interesante. Y una cosa llevaba a la otra.

  • Dejemos volar la imaginación: algún escritor o personaje literario al que le hubiera gustado parecerse…
Me pasaba algo que, de un modo diferente, me sigue pasando ahora. Me identificaba fácilmente con los personajes que me gustaban. Por su valentía, por su nobleza, por su abnegación. Supongo que esto le ha pasado a todo el mundo y es probable que sea una de las razones de la importancia de la lectura: el libro como espejo personal y de la vida. En cierto modo creo que un libro me gustaba cuando en él encontraba a alguien o a muchos a los que consideraba admirables, dignos de imitar, mejores que yo o con los que me sintiera identificado, vidas o aventuras que a mí me hubiera gustado vivir. Creo que me sigue pasando ahora, de otra manera, claro, y sin la fuerza arrebatadora de cuando casi no te das cuenta. Y me parece que ahí hay algo muy interesante para pensar y hablar. Porque el ser humano busca modelos y todo eso. Pero esto nos llevaría demasiado lejos ahora.

  • En su etapa de estudiante de Historia le viene a la memoria aquella lectura que le convenció de su vocación de historiador…
Por supuesto que no hubo una sola lectura y creo que lo que alimenta o hace que veamos más claro nuestra vocación profesional no es posible explicarlo porque es más grande que nosotros. De todos modos, en medio de muchos otros, hubo un libro que me impresionó mucho: Aproximación a la Historia de España de Jaime Vicens-Vives. Era una síntesis muy clara y muy comprensible. Dentro de lo que yo pudiera comprender entonces. También los dos tomos de Historia General Moderna  del mismo autor. Lo curioso es que esto lo leía por mi cuenta, nadie me exigía que lo hiciera. Pronto comprendí que un buen historiador tenía que saber mucho pero también tenía que saber contarlo. Entonces yo no me preocupaba por nada del tipo salida profesional, eso estaba todavía fuera de mis horizontes, y no sabía que, con el tiempo, tendría que dar tantas clases y escribir tanto…



  • Algún libro que tenga respuestas para todo… Y algún libro que  plantee más preguntas que respuestas…
No creo que exista. De todos modos quisiera aprovechar esta pregunta para hacer una pequeña reflexión. Las respuestas rápidas: datos, cifras, fechas, etc. son cada vez más fáciles de encontrar. Para eso están los diccionarios, enciclopedias y la red. Pero las respuestas buenas son las que salen de nosotros mismos. De nuestra reflexión. Comprender el mundo y el hombre está en cada persona. Y ese es el verdadero interés. Una persona culta y rica interiormente, con una mirada que comprende hondamente lo que pasa a nuestro alrededor y sobre todo, lo que les pasa a los demás. Ese es el ideal del universitario. Romano Guardini dijo una vez hablando de John Henry Newman que no nos interesa Newman porque supiera esto a aquello sino por él mismo. Con esto respondo a la pregunta. Es la persona rica, honda y recta la que tiene respuestas para todo. Como cuando decimos de alguien “si él hubiera estado aquí cómo habría juzgado esta situación, este movimiento, esta tendencia”. Hay otra frase, que se atribuye a diversos autores pero que me gusta añadir. Hablando de dos personas dice: “Hay uno que sabe todas las cosas pero no comprende nada. Hay otro que no sabe todas las cosas pero lo comprende todo”.

  • Si tuviera que dirigir un club de lectura ¿con qué frase brillante convencería a sus invitados?
Leer es vivir más. La lectura hace de nuestra vida personal algo más alto, más ancho, más profundo. Los medievales repetían una frase que se ha adjudicado a diversos autores, yo digo que es de Bernardo de Chartres, que dice algo así: “Nosotros somos pequeños, como enanos, pero que estamos montados sobre las espaldas de gigantes, ellos son más grandes que nosotros, pero nosotros podemos ver más lejos que ellos”.




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