CUANDO TODO SE HA PERDIDO, ES EL MOMENTO DE DIOS
"Cuando todo se ha perdido, y cuando a la persona humana ya no le queda otra cosa que rendirse ante el desastre, es entonces cuando parece llegar el momento de Dios".
Navarro-Valls escribe sobre la tragedia del avión A320 de Germanwings y como Dios sigue muy presente en los acontecimientos, a pesar de que este siglo fue profetizado por los gurús del progresismo como "el primer siglo del ateísmo"
Lo que se oyó antes del impacto del avión: «Ay, Dios mío» en 3 idiomas
«El picado suicida del avión A320 de Germanwings, se acelera a 300 metros de la montaña y colisiona a más de 750 km/h .
»El aparato se desintegra y los 150 ocupantes sucumben instantáneamente por la insania y la insidia del joven copiloto Andreas Lubitz.
»A partir de ese momento se desencadena -junto con un movimiento de solidaridad mundial- una avalancha de opiniones sobre las causas del accidente: estudios, análisis técnicos, psiquiátricos y legales.
»Forenses, pilotos, psicólogos, especialistas en ADN, psiquiatras, juristas, policías, políticos, técnicos en indemnizaciones … todos hacen notar sus puntos de vista.
»Probablemente es el desastre aéreo más intensa y extensamente cubierto de toda la historia de los acontecimientos mediáticos.
»Un video grabado en el interior del A320, obtenido de la tarjeta SIM de un móvil, resalta un nuevo aspecto más trascendente, hasta ahora en penumbra.
»Según la transcripción difundida por Paris Match y el diario alemán Bild, lo más impactante de la grabación de pocos segundos es el sonido.
»Un sonido en el que, junto a las exclamaciones de terror, se escuchan tres frases nítidas de idéntico significado en idiomas distintos: “Ay, Dios mío”, Oh my God y Oh mein Gott. Menos claramente se escucha también la expresión: “Señor, Señor”. Luego, el silencio.
»Es una muestra estremecedora de que cuando ya nada funciona, cuando el miedo y el horror hacen que la esperanza se derrumbe; cuando todo se ha perdido, y cuando a la persona humana ya no le queda otra cosa que rendirse ante el desastre, es entonces cuando parece llegar el momento de Dios.
»Una muestra más de que omitir a Dios en la historia humana es tanto como pensar que una novela que no tiene autor pueda sostener un argumento.
»Pero este sentimiento de consuelo para los cercanos a las víctimas no siempre se impone sobre otro más inquietante: ¿Por qué a mí, por qué a los míos, por qué así? Es como obligar a una persona abrazarse a una verdad tan lejana como una cumbre nevada.
»Es ese aspecto trascendente al que antes me refería y que se contiene en esta pregunta clave: ¿Es Dios responsable de los actos que un copiloto suicida realiza? Desde luego Dios podría impedirlos, pero a costa de la libertad humana.
»Es curioso cómo la llamada libertad de contrariedad (posibilidad de elegir el bien o el mal) es una prerrogativa del hombre. Dios no tiene esa libertad, es decir, no puede hacer el mal ni quererlo positivamente, sólo permitirlo.
»Recuerdo, con este motivo, que los debates y desencuentros sobre la independencia entre Gandhi y Lord Irwin (el Virrey de la India) eran tan constantes que llevó a una notable tensión entre ellos.
»Un día, estando en el ashram (oratorio) de Gandhi, un amigo y seguidor quiso apaciguar las diferencias diciendo: "Mahatma, debe usted saber que lord Irwin jamás toma una decisión sin rezar antes".
»Gandhi reflexionó unos minutos sobre lo oído. Después dijo: "¿Y por qué cree usted que Dios le aconseja mal por sistema?". Era evidente que el culpable no era Dios sino la libertad de decisión de los contendientes en la trifulca.
»Pero –como dice Paul Johnson– “aquí estamos, al cabo de lo que presuntamente era el primer siglo del ateísmo, con Dios vivito y coleando y presente en el corazón de miles de millones de personas en todo el mundo”. Incluidas las asesinadas en el avión A320 de Germanwings».
Todo ésto que nos parece un sin sentido del copiloto, llevándose a los 150 pasajeros, podemos pensar ¿Dios esta alli?
"Dios sí estaba alli" como está cuando en nuestras vidas parece que no nos hace falta, que nosotros sabemos "vivir sin Dios".
Omitir a Dios en la historia humana es tanto como pensar que una novela que no tiene autor, pueda sostener un argumento. ¿Y nuestra vida se sostiene sin Dios?????
Pues parece que si, hasta que llegan estos momentos donde ya no tenemos nada.....pero estas vivencias sólo nos producen dolor, no nos hacen pensar más interiormente, porque aún así, seguimos siendo materialistas, no somos capaces de creer y vivir sostenidos por ese hilo que nos une, (como las marionetas,) a quien nos dio la vida que no nos pertenece. Hasta que llega ese momento de dar cuenta de cómo hemos vivido!!!!!! y personalmente hemos de responder.
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