ENCUENTRO DE DOS POTENCIAS: ESPIRITUAL Y POLITICA
Cada uno tiene su medida a la hora de buscar las noticias más importantes.
Seguramente hoy, un % muy alto que están leyendo porqué perdió ayer el Barcelona 4- 1..... otros la farsa de Volkswagen, otros el debate absurdo en Cataluña, y así....... porque para encontrarme con la noticia del recibimiento del Presidente de EE.UU, Obama al Papa Francisco......han pasado muchas noticias por delante.
Pero ayer viendo en la TV cómo los dos escuchaban atentamente los himnos nacionales, dejaba mi pensamiento correr.....y me hubiera gustado preguntarles ¿y usted qué piensa?
Sé de sobra que el Papa, rezaba ante ese Presidente que tiene en sus manos a más de medio mundo.
En sus palabras de bienvenida, el presidente Obama agradeció al Santo Padre «su mensaje de amor» y aseguró que «todos los americanos» valoran el papel de la Iglesia en la promoción social. Afirmó que él mismo lo conoce de primera mano desde que trabajaba por cuenta de la diócesis «en los barrios pobres de Chicago», su ciudad natal, y lo ha visto en sus viajes como presidente por todo el planeta.
Barack Obama agradeció al Papa su apoyo al pueblo cubano y a la mejora de las relaciones entre los dos países, así como su campaña contra la maquinaria de las guerras y la violencia.
Francisco, que mantenía un semblante serio , saludó a todos con un sonriente y sencillo «Good morning!» antes de iniciar un discurso en inglés con pocos errores, muy inteligible para venir de una persona que nunca ha hablado ese idioma. Paradójicamente, lo que no funcionó bien fue el micrófono y los altavoces de la Casa Blanca, pues se producía un eco no sólo molesto sino embarazoso para la primera potencia del planeta.
En su discurso, el Papa adelantó que este jueves dirigirá en el Congreso «palabras de ánimo a todos los llamados a guiar el futuro político de la nación con fidelidad a los principios fundacionales».
Pero, en realidad, comenzó a hacerlo en ese momento invitando a todos los americanos a «construir una sociedad verdaderamente tolerante e inclusiva», y a «rechazar toda forma de discriminación injusta», palabras que fueron recibidas con un gran aplauso
Francisco les exhortó a defender las libertades, especialmente «el derecho a la libertad religiosa. Esa libertad sigue siendo uno de los patrimonios más preciosos de América». De nuevo, los aplausos respaldaban cada uno de los puntos esenciales de su mensaje, como sucedería en más de diez ocasiones a lo largo del discurso.
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