NO PIERDAS LA CAPACIDAD DE ASOMBRO......
El asombro es un estado o sentimiento que afecta a las personas y que se desencadena al apreciar algo totalmente fuera de lo habitual.
Para tener esa capacidad de asombro se requiere de pudor, de humildad, de amor por la verdad, de constancia y de ingenuidad, traducido a cierta pureza intelectual. Los niños de antes y algunos sobrevivientes de nuestra postmodernidad son el ejemplo obligado del asombro y la admiración. En ellos el ¿por qué? es una exigencia por saber y por no aceptar respuestas superfluas.
Siento tristeza por el niño que no se asombra, por el niño precoz que a fuerza de tecnología ha sido "estirado" para convertirlo en un adulto, porque su vida está exigida para que vea sobre el hombro de los demás.
Es de admirarnos cómo la etapa infantil, ha perdido en su mayoría lo que es habitual en ellos e l ¿porqué? han visto todo, pero no han observado nada, han oído todo, pero no han escuchado nada. No son como El Principito de Antoine de Saint Exupéri que nunca se quedaba sin respuestas.
Y es que el asombro está ligado armoniosamente con la humildad. El asombro impide al hombre pararse sobre el pedestal de la soberbia porque reconoce que ésta sólo petrifica, pues se hace un monumento de sí mismo, pero no crece y sus cambios son sólo para el deterioro.
¿Hacia dónde volvernos? Si es en la niñez donde encontrábamos el ejemplo , de la curiosidad de nuestros pequeños filósofos. ¿A dónde volvernos? Si el alma infantil se encuentra impregnada de muchos datos que le ciegan a la verdad, por eso es importante no tapar la boca a la inocencia, todo no lo tienen que saber, son niños "grandes" como se suele decir, parece que tienen un viejo en la tripa, aunque los ancianos son más niños que los niños de ahora.
¿Qué vamos a hacer con este mundo de enciclopedistas? Son "Pitagorines" porque los mayores les dejamos, nos hace gracia, y no la tiene, porque les estamos haciendo un mal, sacarles de su inocencia.