LAS PEORES LÁGRIMAS.......


“Las peores lágrimas son las de la impotencia”.

¡Qué palabras tan reales! Cuántas veces nos hemos sentido todos nosotros alguna o varias veces impotentes, sin el poder necesario para hacerle frente a las diversas situaciones desagradables, situaciones difíciles de sobrellevar, enfermedades, carestía económica, infidelidad, maltrato, heridas, resentimientos, malas relaciones con los demás; es ahí cuando lo entendemos: las peores lágrimas son las de la impotencia.



¿Te has sentido alguna vez impotente ante una situación? ¿Cómo respondes ante una aflicción o angustia que viene a tu propia vida? Supongamos que pasa algo inesperado: la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, la traición de tu pareja, o pierdes una relación, se rompe por causa de enojos, pleitos, o eres objeto de un abuso físico, emocional, sexual, o no has encontrado la felicidad en tu vida. ¿Cómo respondes ante una situación de esas?

Muchos de nosotros para ser sinceros, no sabemos cómo responder, nos sentimos desubicados, desorientados, nos toman por sorpresa las situaciones desagradables de la vida, nos asaltan y muchas veces nuestras fuerzas no son suficientes para poder hacerle frente a esta situación.

Es entonces cuando empezamos a sentirnos cansados; ya no tenemos fuerzas para vivir, empezamos a sentirnos tristes, desanimados, melancólicos, sentimos que el corazón nos pesa demasiado, tenemos sentimientos de angustia, como si nuestro corazón se rompiera en pedazos, como si ese golpe que recibimos produjera en nuestras vidas un sentimiento de no poder ser consolado por nada, nada te satisface, y se produce una desesperanza.

Los estados de ánimo son tan variables como las diferentes expresiones del arco iris: a veces éste tiene diferentes colores, y a veces se empalma un color con otro: a veces el violeta se empalma con el naranja, y el naranja con el blanco, y el blanco con el verde, y cada uno de ellos van cambiando de color conforme a los prismas que se forman por los rayos del sol.

Así a veces en nuestras vidas se empalman diferentes situaciones emotivas y a veces ya no podemos, queremos “tirar la toalla”;Estas situaciones ocasionan en nuestras vidas que no encontremos respuesta, nos sintamos abatidos y con desánimo, pero cuando éste se vuelve continuo y se vuelve un estado de ánimo negativo, produce  la pérdida de la esperanza.

La  fuerza  viene  de  la  mente,  de  que  pienses  en  positivo,  de  no dar  mucha  importancia  a  lo  que  pasó (no  des  vueltas)  enfréntate  con  ese  "gigante",  no  te  achiques,  respira  hondo  y  dí  " puedo, puedo, puedo..."

Hay  que  vencer  la  parte  emocional,  que  siempre  nos  derrumba, soplaaaa

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