DEJAMOS ESPACIOS VACÍOS.....O AL LIMITE????
Conozco a personas que se enfrentan cada día con su entorno de dos formas distintas. Dos formas que podríamos llamar “Crear vacíos” y “Esperar al límite”.
Ambas formas de comportamiento están arraigadas por los hábitos que cada persona ha ido incorporando a lo largo de su vida, y también por sus creencias.
¿Cómo se crea un vacío? En el mundo material esto es aparentemente más sencillo. Si queremos que cualquier recipiente pueda llenarse, debemos vaciarlo antes, reservamos una mesa para el nuevo compañero en la oficina, o quizás jubilamos un viejo abrigo del armario para poder colgar el nuevo, etc.
Cuando planificas, creas vacíos: ¿Te gusta tener las cosas atadas, planeadas? ¿Llegar con tiempo a las citas y dejarte colchones de tiempo para cualquier tarea? ¿Pensar en el Plan B, C y D? Todo esto son vacíos que creas en tu mente, para que tu entorno tenga espacio para crear la realidad que tú quieres.
¿Cuál es el área de mejora del comportamiento “basado en crear vacíos”? Si has respondido a las preguntas anteriores afirmativamente o te reconoces de algún modo en este tipo de comportamiento, es que posiblemente tampoco toleres muy bien el cambio imprevisto, las prisas innecesarias o aquello que te hace cambiar sin que tú lo hayas anticipado. Cuando lo perfecto es enemigo de lo bueno, es hora de buscar flexibilidad, tolerancia y aceptación ante lo inesperado. Los beneficios de crear vacíos empiezan a desvanecerse cuando quieres controlarlo todo, hasta el libre albedrío. Si aceptas que todo puede pasar por mucho que creas ir por delante, te ahorrarás muchos disgustos. Quizás haya algo que puedas aprender de aquellos que “esperan al límite”.
¿Esperas situaciones al límite? Y como tales no me refiero a situaciones de vida o muerte, sino más bien situaciones en las que tu entorno parece imponerte un ritmo de actividad con unos recursos limitados: Parece no haber tiempo para nada, los eventos futuros se acercan a tal velocidad que no alcanzas a terminar de visitar uno de ellos cuando ya estás empezando el siguiente.
Si crees que tu entorno influye en más medida en tu realidad que lo que tú puedes influir, y cada vez que miras al calendario que se te viene encima, lo ves siempre complicado de encajar, puede que hayas creado el hábito de esperar a los límites.
En mi opinión, este modo de comportamiento es más pasivo, puesto que si no generamos ningún tipo de visión de futuro ni planificación, nos dejamos más a merced de la voluntad de otras personas o de nuestro entorno. Sin embargo, dejar respirar a la realidad es también la virtud de la persona que acepta los cambios como parte de su crecimiento.
La mejora evidente de alguien que siempre espera al límite es la anticipación y la planificación en cualquier marco temporal, aunque planificar para estas personas parezca una “perdida de tiempo” y sólo lo hagan cuando “no queda más remedio”. Establecer una visión o una lista de metas que quieras ver cumplidas en un futuro inmediato o lejano te ayudará a revelar esos recursos temporales y materiales que siempre parecen estar escasos.