CLINT EASTWOOD, VUELVE A DELEITARNOS CON SU FILM..
El 15 de enero de 2009 los medios de comunicación recogían, para variar, una buena noticia. El milagroso aterrizaje de un avión en el río Hudson, poco después de su despegue desde el aeropuerto de LaGuardia en Nueva York, tras fallar dos motores. Gracias a la pericia del piloto Chesley “Sully” Sullenberger y su tripulación, más la rápida intervención de los equipos de rescate, no hubo víctimas: los 155 viajeros se salvaron. Sin embargo, la consiguiente investigación apunta a que tal vez las decisiones tomadas por Sully no fueron las más acertadas, lo que provoca la consiguiente desazón.
El film tiene el mérito de mostrar a una completísima galería de personajes y, en todos los casos, sorprende la autenticidad, se sortea el peligro del tópico o los comportamientos forzados. Y es precisamente la importancia del factor humano, de las personas, la clave argumental, a la hora de alertar acerca de una sociedad a menudo demasiado deshumanizada y tecnificada, en la que lo queremos todo y lo queremos ya. Para hablar del heroísmo de las personas corrientes, que cumplen con su trabajo y cuidan de su familia, Tom Hanks resulta la elección actoral perfecta.