NOS DEJÓ UN MÚSICO, POETA QUE CANTABA CON EL CORAZÓN Y UN SOMBRERO
Leonard Cohen decía adiós a este mundo, pero con su particular juego de lentes poéticas. "Hineni", como lo que le respodió Abraham a Dios ("Aquí estoy"), cantaba en el tema que daba título al disco. "Estoy listo, mi Señor", anunciaba entonces.
Reconozco que oía a este poeta, compositor, y notaba la belleza de sus canciones.... nos ha dejado un buen legado de obras y sobretodo de elegancia en la música.
Sonarán ahora 'So long, Marianne' y 'Famous blue raincoat', y recordaremos la carta que Cohen envió a la que fue su musa durante los 60 tras conocer su muerte, el pasado agosto: "Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía".
Y es que todo en Cohen pasa por la poesía. Más concretamente, por la poesía de Lorca, como recuerda el documental 'Omega', sobre el revolucionario disco de Morente con Lagartija Nick, con el que el cantaor quiso rendir homenaje al autor de 'Poeta en Nueva York' pasando por el canadiense. Porque Cohen entró en la poesía a través de Federico y fue por él que empezó a escribir libros. Aquel chico judío de la zona anglófona de Montreal que comenzó a juntar versos hasta que en 1956 publicó su primer libro, 'Let us compare mythologies'. Luego llegarían más, como 'Flowers for Hitler' (1964), y hasta una novela, 'Beautiful losers' (1966).
Un recorrido literario que anticipó su tardía entrada en la música, con 33 años, a través de 'Songs of Leonard Cohen' (1967). Ahí estaban 'So long, Marianne', 'Suzanne', 'Sisters of Mercy' y su voz que empezaba a apagarse apenas inaugurada. También su guitarra de cuerdas de nylon y las cuatro únicas lecciones que recibió de aquel instrumento por parte de un joven guitarrista flamenco español que se suicidó antes de impartir la quinta.
Es preferible un minuto de reflexión y escuchar su música antes que escribir nada sobre él, salvo una cosa GRACIAS
No puedo dejar de poner el discurso en Los Premios Príncipes de Asturias 2011, lo escuchas con emoción y belleza.