DESBLOQUEA LA TRISTEZA


¿Quien no tiene un día triste en su vida? Pueden existir o no razones concretas, pero esas pequeñas variaciones de humor son normales y tienen que ser administradas con sabiduría. No estoy hablando de la depresión, una enfermedad que debe ser tratada, sino de ese desánimo pasajero que nos deja un poco “aplastados”.



Lo  primero  es  no  aislarnos,  porque  sería el primer error que, normalmente, cometemos cuando la tristeza llama a nuestra puerta.La solución es tener la humildad de pedir ayuda a Dios y a los amigos.

Rezar es el primer remedio, realmente eficaz, ante la tristeza. Dios nos escucha y encuentra siempre una manera sorprendente de consolarnos. Lo que sucede es que, muchas veces, estamos tan trastornados, que no tenemos inspiración para decirle nada a Dios. O  incluso  no   vemos la  solución  en ello. Necesitamos  otra  solución  mas  a  nuestro  favor.

 Pero ¿acaso es necesario?! En esos momentos, todas las palabras dicen casi nada y una palabra parece que ya es demasiado.

Es signo de madurez espiritual mostrar el corazón a Dios tal y como se encuentra. El Señor no quiere vernos maquillados o con algún tipo de máscara. El propio apóstol Pablo, cuando nos aconseja, reconoce que no siempre estamos tan bien: “¿Estás alegre? ¡Canta! ¿Estás triste? ¡Reza!”.

Sto. Tomas de Aquino  decía que ante la  tristeza,  tomar  una  copa  de  vino,  un  buen  baño  y  un  buen  rato  de  sueño  era  el  remedio.....

Hay  que  distinguir,  entre  momentos  de  bajón  en  el  estado  de  ánimo,  y  la  tristeza  motivada  por  alguna  circunstancia  (si  pensamos  mucho  en  mi  yo....ahí,   esa  tristeza  es  mala,  me  la  estoy  buscando) pero  hay  que  salir  de  nuestro  circuito  y  no  ser  centrifugadoras  que  dan  vueltas  a  velocidades  superiores  ante  nimiedades.

Abrirse  al  mundo,  ver  las  penalidades,  preguntarse  ¿esto  es  motivo  para  que  me  influya?......¿para  que  este así?

Recuerdo  una  vez  que  oí  que  era  como  si  en  el  desembarco  de  Normandía,  un  soldado  se  fija  que  perdió  el  botón  de  la  guerrera....y  se  dedica  a  buscarlo......

A  veces  somos  así,  botones  perdidos  ante  cosas  serias  y  dolorosas  de  los  demás.




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