SABER DISCERNIR LAS MANERAS DE EDUCAR


¿Cómo debe ser un ambiente para que las influencias sean positivas? Unos señalan como decisivo el hecho de que haya un entorno positivo general que sea homogéneo.

 Aseguran que los estudiantes mejoran cuando están rodeados de otros con similares características. Según este modelo, los que tienen menor rendimiento se sienten más apoyados si están rodeados de estudiantes de un nivel similar, y lo mismo sucede con los que tienen rendimientos más elevados.








Otros aseguran que es mejor que haya una cierta heterogeneidad en el aula, donde la presencia de estudiantes con niveles diversos resulta positiva para unos y para otros.

Está muy bien, sin duda, educar en un ambiente cuidado, estimulante y positivo. Pero también hay que aprender a manejarse cuando el ambiente no es así, pues la educación se debe preparar también para eso. No  somos  rebaño

El ejemplo clásico es el de un alumno indisciplinado o poco estudioso que perjudica a sus compañeros y molesta al profesor, o que corrompe a otros con sus malas ideas o costumbres, o que desune a los demás malmetiendo a unos contra otros.

Es importante el buen ejemplo, sin duda. Pero quizá es más importante  que cada uno nos entrenemos en aprender de los buenos ejemplos, y también de los malos. A veces los malos ejemplos pueden llegar a resultarnos más útiles, al ver a dónde nos llevan. Quizá esté ahí uno de los grandes retos de la educación. No puede decirse que la educación ideal sea la que se desarrolla en un ambiente perfecto, libre de malos ejemplos, suponiendo que eso puede lograrse. 

La clave es que cada uno debe educarse aprendiendo a discernir el buen y el mal ejemplo, sin clasificaciones demasiado simplistas, sabiendo formarse juicios cada vez más maduros y más personales, pues al final se trata de formar personas autónomas, que encuentren su propio camino descubriendo en las vidas de los demás, y en la propia, lo que desarrolla y lo que malogra su naturaleza.

Saber  educar    qué  esta  bien  y  qué  esta  mal......sin  estar  atados  a  ideas  propias  que no  nos  conducen a  nada  más  que  a    un  error,  dándole  el  nombre  según   mi  modo  de  verlo,  porque  eso  esta  bien, cuando es lo contrario.

A  los  mayores  nos  pasa  lo  mismo  y  nos  lo  podemos  aplicar,  no  juzgar  a  mi  manera.....estamos  equivocados,  llamemos  a  las  cosas  por  su  nombre.


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