CAMBIA TU, EN VEZ DE ESPERAR QUE CAMBIE EL ENTORNO
Voy a repetir en un tema que escribo muchas veces, pero como decía Chesterton, “no necesitamos que nos digan las cosas, necesitamos que nos las recuerden”.
La premisa es sencilla: para ser feliz, la manera más rápida y sencilla es ser amable con los demás. y cuanto cuesta decir las cosas amablemente...... Así de simple, esos modos te irritan porque no es tan difícil. Así de complicado en un entorno de cenizos, pesimistas, inseguros, hay mucha "negrura" a nuestro alrededor.
Tolstoi decía que “hay muchos tipos de conocimiento, pero hay uno que es más importante que los demás, el conocimiento de cómo hay que vivir, y ese conocimiento, muchas veces, se menosprecia”. Yo dedico mi trabajo a leer y estudiar que dicen los sabios, los expertos, los que saben, sobre como hay que vivir. Y aquí traslado algunas reflexiones:
En el fondo de cada uno de nosotros existe el anhelo de vivir una vida feliz, plena, una vida de grandeza, de dejar huella, aportar algo, de tener una vida con sentido, de ofrecer siempre nuestra mejor versión. Todos queremos experimentar alegría, ilusión y entusiasmo en nuestro día a día.
Vivir con alegría no es fácil en un entorno en el que por cada alegría que tenemos recibimos 27 disgustos. Argumentos para el desánimo, el pesimismo o la resignación son muy abundantes porque estamos en un mundo que parece dominado muchas veces por la injusticia, el egoísmo, la avaricia y la codicia. Razones para mandarlo todo a tomar viento hay unas cuantas y para algunos, unas miles de cuantas.
El cambio empieza por uno mismo. Nos guste o no, las cosas son como son, y cambiarlas es lento, difícil, hay que hacerlo, pero es mucho más fácil cambiarnos a nosotros mismos. Gandhi decía que “tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo”. Quieres un mundo mejor?, tu tienes que ser mejor. Un mundo más generoso?, pues tu el primero. Más justo? Empieza tu también.
Lo único que controlamos al 100% es nuestra manera de ser y no se puede exigir al resto del mundo algo que uno mismo no hace. Y esto es lo que pretendemos, que los demás dejen de hacer, pensar, vivir como a mi no me gusta.
Además, uno se va dando cuenta de que nuestra actitud influye en la manera en que percibimos las cosas, por eso cuando uno cambia su actitud, su entorno también empieza a cambiar. Pues eso, que el cambio empieza por uno mismo.
Luchar cada día para ser la mejor persona que podamos llegar a ser, como padres, parejas, amigos, profesionales, eligiendo nuestras mejores actitudes en cada instante. Ahí está el sentido de nuestras vidas.