RECUERDAS TU PRIMERA COMUNIÓN???

Estos  días  del  mes  de  Mayo,  hay  muchos  niños  y  niñas  que  hacen  su  Primera  Comunión.

Todos  creo  que  recordamos  el  día  que  nosotros  la  hicimos,  los  momentos  previos y   la  ceremonia  que  nos  llevaba  por  vez  primera   a  recibir  a  Jesús.





¿Qué momento más importante en la infancia que el de la Primera Comunión?  Como festividad que es -pues la Iglesia siempre nos invita a celebrar todos los momentos en los que damos un paso importante en nuestra vida de fe-, queremos organizar muchas cosas y pasarlo en grande.

El problema surge cuando, sin darnos cuenta, desordenamos el orden de los factores, que en este caso sí altera el producto, y damos más importancia a la fiesta y al postín que a abrir nuestro corazón a Cristo.
Para ello el papa Francisco, siempre preocupado por todas y cada una de las ovejas que le han sido encomendadas, ofrece una serie de consejos a los niños para evitar cualquier distracción innecesaria y que sean conscientes del gran regalo que están cercanos a recibir: nada más y nada menos que el regalo del Cuerpo de Cristo, la Vida Eterna.
En el libro El Papa Francisco y la Primera Comunión encontramos una excelente síntesis de consejos dados por el papa Francisco sobre los sacramentos en general, y sobre la Eucaristía en particular, que ayudarán tanto a mayores como a pequeños a ser conscientes de la importancia que entraña la preparación espiritual ante el recibimiento del sacramento más que todos los elementos accesorios.
Así, encontramos  4 pasos o cuestiones en que profundizar:
  1. Nos encontramos a Jesús en la Comunión. En este primer paso, el papa profundiza en el misterio del encuentro con Jesús en la Eucaristía, donde ha querido quedarse por amor a cada uno de nosotros, convirtiéndose en nuestra fuente de agua viva diaria, único lugar en el que podemos tomar fuerzas y descansar.
  2. El poder de los sacramentos y de la luz de Cristo. En este paso, Francisco hace hincapié en la grandeza del Bautismo como puerta a todo lo más grande, entre esto a todos los demás sacramentos, y que enciende en nosotros una luz que no se apaga jamás.
  3. La confesión, el encuentro con Cristo que nos ama. Aquí el Papa nos recuerda la inmensa alegría del católico: la confesión. El sabernos perdonados constantemente, mediante la gracia y misericordia de Dios sin medida, quien, además, nos quiere tal y como somos, también con nuestras pobrezas.
  4. Mensajes para andar el camino. En estas últimas páginas se recogen algunas de las palabras de ánimo y confianza a los jóvenes del Papa más bellas de su pontificado, como “¡Apostad por ideales grandes!” o “¡Atreveos a ir contracorriente!”, sin duda un broche de oro para concienciar los niños de que comienzan a seguir un camino de valientes.

Sería una verdadera pena que ante un acontecimiento tan importante en la vida de los niños, como es la plena participación en la vida de la Iglesia mediante la Comunión, quienes tengamos la responsabilidad de guiarlos demos importancia a elementos vacíos y accesorios que no son de Cristo. 

Los  padres  son  quienes  mas  deben  cuidar  estos  consejos,  para  no  desordenar  los  factores..... que  sepan  valorar  ese  momento  los  niños  y  sepan  dar  gracias  por  haber  recibido  el  Cuerpo  de  Cristo,  y  lo  que  significa  para  su  vida....  ayudarles  después  a  volver  a  frecuentar  los  Sacramentos  y sobretodo  los  domingos  participando  en  la  Santa  Misa. Es  responsabilidad  de  los  padres  llevarlos  y  enseñarles  a  rezar.   

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