NO ES QUE TENGAMOS POCO TIEMPO....ES QUE LO PERDEMOS!!!!


Puede que pienses que te falta tiempo para todo, cuando en realidad eres tú quien le falta al tiempo.Puede que te abrumes también por cómo se suceden los días, los meses, por cómo pasan los años… Sin embargo, recuerda, tal vez es cierto que vuela, pero eres tú quien lleva las alas, tú quien debe dirigir el rumbo en todo momento para disfrutar de las vistas.

Dove, Aves, Animales, Pluma, Plumaje



Un niño tiene una percepción del tiempo muy diferente a la de un adulto. Los días acontecen de forma plácida y lenta, como un gran paquidermo avanzando a paso de caracol por una sabana de extraordinarias formas, texturas y colores donde hay infinitas cosas que descubrir, información que interiorizar y muchos recuerdos nuevos que integrar.
Sin embargo, el adulto vive inmerso en esa caja de música donde siempre suena la misma melodía.Los mecanismos de la férrea rutina apagan brillos, nos atrapan en las bielas de lo predecible y lo ordinario hasta desconectarnos por completo de todo aquello que una vez nos pareció extraordinario.
Así, y puesto que el mundo nos parece demasiado familiar y todos los días tienen la misma forma y el mismo sabor, el tiempo avanza raudo e implacable para nosotros, para esa percepción adulta que se desprendió hace mucho de la compañía de aquel paquidermo que de niños, nos invitaba a ir “más despacio”. A centrarnos en el “aquí y ahora”.
Estas dos visiones, la de la infancia y la madurez conforman lo que William James denominó en su momento “el tiempo psicológico”. En esta teoría se nos recuerda a su vez que el tiempo no tiene porqué acelerarse necesariamente a medida que nos hacemos mayores. En cierta medida, depende sobre todo de cómo vivimos nuestras vidas  a  qué  dedicamos  nuestro  tiempo y de nuestra capacidad para permitirnos seguir experimentando, seguir apreciando cada matiz que nos rodea con ilusión y curiosidad.
El tiempo vuela!!!!!! y más cuando somos adultos, todos lo sabemos. Sin embargo, cabe recordar que somos nosotros quienes llevamos las alas, nosotros quienes debemos permitirnos estar más presentes disfrutando de las vistas, aprovechando el momento y sirviéndonos de esos vientos cálidos capaces de llevarnos ahí donde surjan los más bellos amaneceres.
Atrapalo y  maneja  tú   las  alas  del  correr  de  la  vida.

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