TESTIMONIO LLENO DE SABIDURÍA
La sabiduría de los niños es simplemente impresionante. La mayoría de las veces son ellos quienes nos dan las lecciones más esenciales de la vida.
Para este video no hay muchas palabras que escribir. Las de esta niña son suficientes y nos hacen cuestionarnos acerca de una realidad que desconocemos en su dramaticidad y que nos escandaliza desde lejos. Son palabras que en su sencillez responden a muchas preguntas que nos hacemos acerca del sentido del sufrimiento y de los acontecimientos de nuestra vida y; nos hacen entender que siempre hay razones para esperar, para confiar y para seguir creyendo en la misericordia de un Dios que nos ama infinitamente y tiene pensado cada detalle de nuestra vida.
En circunstancias tan difíciles como las que están viviendo nuestros hermanos en medio oriente, nos podemos excusar y quejar (y yo lo he hecho) de una humanidad destrozada y llena de odio que nos rebela y nos frustra un poco … pero hay algo muy esencial en las palabras de esta niña que me me han tocado mucho. Constatar que lo más humano es la voluntad, el coraje, el saber sobreponerse a la desgracia, la bondad, el perdón y la esperanza. Porque en Mariam brilla esa humanidad capaz de perdonar, de compadecerse y agradecer porque otro se compadece de sus sentimientos. Brilla también, de forma muy natural, una fe interiorizada y vivida desde pequeña que hace que su visión de las cosas este llena de sentido.
Por eso puedo decir que lo humano es empeñarse en seguir teniendo esperanza, en realizar nuestros mejores sueños y, eso lo siguen teniendo los niños; lástima que muchas veces los adultos le demos más peso a nuestros peores deseos.
Muchas veces nos asusta ser hombres por todo lo que vemos a nuestro alrededor, por los anhelos y sueños no resueltos, por las tristezas y las frustraciones. Pero testimonios de perdón como este nos muestran que siempre hay que seguir apostando por ser buenos, por ser seres humanos y cristianos auténticos. Creo que en momentos de sufrimiento y de dolor, nos ayudaría mucho recordar como pensábamos y sentíamos cuando éramos niños.
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