SEGURIDAD DE MIS ACTOS
Ser coherente entre lo que piensas y como vives es una tarea difícil en estos tiempos.
Cuando sales al mundo te enfrentas con que las personas no piensan igual que tú. Ese es el momento en el que te preguntas ¿Y, que pienso yo? ¿Quién soy? ¿Cuáles son las convicciones que fundamentan mi vida?
Ser “open mind” no es otra cosa que dejar que la verdad entre a tu vida y viéndola optar por ella. No tener un montón de ideas y a la final no decidirte por ninguna. Tener las cosas claras sobre lo que soy y lo que quiero hace que las personas piensen que tengo una “mente cerrada”.
Tener principios o valores me hace parecer una persona poco abierta y que no sé bien lo que es “bueno” (para el mundo), pues nosotros, los que tenemos esta “mentalidad” partimos en nuestra vida pensando que hay cosas buenas y cosas malas ¡y eso es inaceptable! A ellos se les olvida que ha pasado en nuestra vida para que lleguemos a estas conclusiones, como es que hemos llegado a tener esos valores.
¡Pues permitiendo que mi mente este abierta! haciendo que esta se ponga fuera de nuestras opiniones y paradigmas y de esta forma poder ver la verdad y, una vez encantados con ella ¡no podemos dejarla!
La mente no debe estar abierta para estar vacía, la mente hay que abrirla para llenarla y como dice Chesterton “Llenarla de algo valioso” ¿eso no está bien?
Tener criterios verdaderos, podemos tolerar que otros piensen distinto, pero no por eso, yo me acomodo a esos modos.
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