QUE NO PUEDO DEJARME LLEVAR.......
¿Sentiste alguna vez que podías conseguir todo lo que te propusieras, que pasara lo que pasara todo te iba a salir a la perfección, más o menos?
Ese estado emocional de euforia es el ingrediente fundamental para que precisamente todo aquello que pensamos que va a salir bien, ocurra cual profecía autocumplida.
El problema llega cuando los resultados que esperas no acaban de llegar en la medida o a la velocidad que tú quisieras, o cuando algún otro evento impacta negativamente en tu estado de ánimo. ¿Cómo puedes encontrar la motivación a voluntad cuando la has perdido?
¿Cómo aumentar la motivación interna?
Te propongo dos puntos de reflexión:
1. Perspectiva
Una de las razones por los que los estados de ánimo negativos parecen absorbernos es por la falta de perspectiva. Llega un momento en el que nuestro foco de atención se limita exclusivamente y de forma recurrente a un puñado de temas, o bien se centra en un periodo determinado de tiempo, o en determinadas relaciones. ¿Qué hay más allá de todo eso? ¿Qué hay antes, después o mejor aún, ahora? y ¿quién más hay?
2. Confianza y Autoestima
Si dejas que el ciclo de estados de ánimo negativos se convierta en hábito, tu autoestima irá disminuyendo cada vez que pases por la línea de salida. Es necesario, una vez que has tomado perspectiva, poder elevar tu energía interior y construir patrones de pensamiento que vayan en la otra dirección, y que te hagan sentir cada vez mejor. Alto!!!!! que no puedo dejarme llevar por mi falta de confianza......
Recursos del pasado
La vida nos propone retos uno detrás de otro desde que nacemos, y si echas mano de tu historial podrás reconocer todo lo que has conseguido, cada prueba superada, cada aprendizaje y cada éxito. Cada reto ha ido añadiendo en tu mochila de recursos una habilidad, una destreza, un don. Sabes que cuentas con todo eso para llegar allí donde te propongas sin importar los obstáculos que parezcan estar en el camino. Sabes que fuiste tú, y no tu entorno y no nadie más, quien protagonizó la historia y quien consiguió lo que se propuso a través de sus cualidades personales. Piensa en tus tres cualidades personales que marcaron la diferencia en esos momentos y que tienes a tu disposición ahora, ¿Cuáles serían esas cualidades? Deténte ahora en tu lectura y escríbelas.
La vida nos propone retos uno detrás de otro desde que nacemos, y si echas mano de tu historial podrás reconocer todo lo que has conseguido, cada prueba superada, cada aprendizaje y cada éxito. Cada reto ha ido añadiendo en tu mochila de recursos una habilidad, una destreza, un don. Sabes que cuentas con todo eso para llegar allí donde te propongas sin importar los obstáculos que parezcan estar en el camino. Sabes que fuiste tú, y no tu entorno y no nadie más, quien protagonizó la historia y quien consiguió lo que se propuso a través de sus cualidades personales. Piensa en tus tres cualidades personales que marcaron la diferencia en esos momentos y que tienes a tu disposición ahora, ¿Cuáles serían esas cualidades? Deténte ahora en tu lectura y escríbelas.
Apoyo incondicional
¿Tienes esas tres cualidades por escrito? ¿Y si le preguntáramos a la persona que más confianza tiene en ti, a esa persona que sabes que te admira por quien eres y todo lo que haces y que apostaría todo por ti? ¿Qué sentiría esa persona cuando le preguntáramos sobre tus cualidades y qué añadiría a tu lista? Para de nuevo y escribe esas cualidades tuyas también.
¿Tienes esas tres cualidades por escrito? ¿Y si le preguntáramos a la persona que más confianza tiene en ti, a esa persona que sabes que te admira por quien eres y todo lo que haces y que apostaría todo por ti? ¿Qué sentiría esa persona cuando le preguntáramos sobre tus cualidades y qué añadiría a tu lista? Para de nuevo y escribe esas cualidades tuyas también.
Sólo si has reflexionado y trabajado estos dos pasos y sientes que has recuperado parte de la motivación que no sabías donde fue, habrás podido sentir de dónde proviene realmente tu motivación. La que realmente perdura en el tiempo. Puede que al fin y al cabo no se había ido tan lejos.
Comentarios
Publicar un comentario