DAR LAS GRACIAS.....
Los seres humanos somos personas muy particulares. En nuestra cultura de hoy, con sus prisas, sus demandas de inmediatez y las tensiones y ansiedades que estas nos generan, la mayoría somos propensos a quejarnos cuando algo va o sale mal, incluyendo cuando no nos dan un buen servicio o cuando no se nos proveen nuestras demandas en el tiempo que esperamos.
Y a no ser agradecidos cuando las cosas salen bien, o tienen detalles con nosotros, o se acuerdan de algo relacionado con nuestra vida etc....
Estas mismas actitudes las llevamos al ámbito espiritual y vivimos nuestra relación con Dios con expectativas irreales de que Dios tiene que darnos en nuestra vida personal, marital y familiar, las cosas, los cambios y las soluciones que deseamos en el momento y el modo en que las deseamos. Somos ansiosos, con derechos......
Esta actitud se traduce en que vivimos nuestras vidas en un constante pedirle y reclamarle a Dios, que no sólo no aumente nuestra angustia, sino que nos nubla la percepción a todas las cosas maravillosas con las que Dios nos bendice cada día de nuestra vida.
Vivir de esa manera nos lleva muchas veces sin darnos cuenta a ser desagradecidos con Dios en la cotidianidad y por ello muchas veces nos perdemos recibir la gracia que Dios promete a aquellos que con corazón sincero, manifiestan su gozo en las bendiciones recibidas, expresando a Dios abiertamente su agradecimiento.
Ser agradecidos es una virtud que nos ayuda también a mantener una actitud más positiva en nuestro vivir diario , la cual nos ayudará también a mantener el buen humor y la paciencia que requiere para llegar a tener y mantener una relación conyugal y familiar más sana y más feliz, comprendiendo a los demás y disculpando cuando las cosas no son como las queríamos.