FORMAS REBELDES


 Los motivos y las formas de rebelarse pueden ser muy diferentes en cada caso, no hay rebeldía, sino rebeldías y rebeldes.
Tradicionalmente la rebeldía ha sido considerada sólo como un defecto, por acentuar excesivamente el significado de una de sus acepciones: in-sumisión, desacato y desafío a la autoridad. En cambio apenas se suele mencionar otra acepción: “Rebelde se llama también al indócil, duro, fuerte y tenaz”. Se sobreentiende que estas actitudes son vinculables a algún bien que se quiere preservar o defender.


En la adolescencia inicial la rebeldía es un rasgo de inmadurez abierto a una posible madurez posterior que puede alcanzar la categoría de virtud.
La actitud de la rebeldía es ambivalente: puede producirse con causa y sin causa; por algo que vale la pena o por algo intrascendente; para ayudar o para obtener una ventaja personal (la propia conveniencia); como reacción desde la inseguridad o en función de algún valor.
La rebeldía surge en la pubertad (12-14 años) como mecanismo de defensa de una personalidad insegura que necesita autoafirmarse. Nace del miedo a actuar tras salir de la dependencia de la infancia. Los momentos de ingenua prepotencia se alternan con los de reclusión en sí mismo. Es una rebeldía “regresiva”. El púber, en algunas ocasiones,pierde la confianza en sí mismo y siente nostalgia de la niñez, a la que regresa mentalmente.
Un ejemplo de la rebeldía incoherente del púber:
-A ver si queda claro: ¡ya no soy un niño! Soy un adulto capaz de tomar mis propias decisiones y de resolver por mí mismo mis problemas. Así que mamá ¡hazme las maletas!, porque yo no puedo seguir viviendo en esta casa.
Esto  puede  ser  un  poco  exagerado.....puede  que  en  algún  momento  se  de.....pero  la  rebeldía  se  manifiesta  por  llevarnos  la  contraria,  hacer  cosas  que  no  las  vemos  asi,  tener  que  agachar  la  cabeza,  cuando  seguimos  pensando  lo  contrario,  necesidad  de  ser  yo  mismo...... 
Para Marañón la rebeldía es el deber y la virtud fundamental de la juventud. La actitud rebelde debe mostrarse tanto en la vida privada como en la vida pública: “Siendo el estado actual de las sociedades una estructura transitoria necesitada de constante renovación, la fuerza legítimamente impulsora de ese cambio tiene que ser la juventud. Con los años el espíritu se endurece para las injusticias; se acaba por aceptar lo que de joven era incomprensible”.
En una sociedad permisiva la mejor rebeldía es la práctica de las virtudes. La virtud de la sobriedad es una rebeldía frente al ambiente consumista; las virtudes de la castidad y del pudor son una rebeldía frente a la escalada del erotismo.

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