REVOLUCIÓN DE LA TERNURA
Me ha impactado la expresión que utilizó el Papa Francisco en Cuba: “la revolución de la ternura”.,y no es a primera vez que lo decía. Si no entendí mal, lo que venía a decir es que lo verdaderamente revolucionario en Cuba y en todas partes, es que nos queramos unos a otros y no tengamos miedo de expresarlo así. La ternura es un sentimiento que engrandece al hombre. Es la demostración más sublime del afecto entre las personas.
Que la ternura sea revolucionaria no significa que a base de besos y de caricias puedan resolverse todos los problemas, pero sí, de alguna manera, es una actitud, que aquellas situaciones que más nos afectan tienen de ordinario que ver con nuestra relación con quienes tenemos a nuestro lado, nuestros próximos, parientes, colegas, vecinos. Y en estos casos, aplicando una ternura inteligente pueden cerrarse heridas a nivel familiar, pueden ser mejores las relaciones laborales para minimizar los conflictos.
Fue conmovedor el discurso del Papa Francisco en Filadelfia, hablando de la familia, cuando, ante la ingenua pregunta de un niño: “¿Qué hacía Dios antes de crear el mundo?”, tuvo que improvisar una respuesta: “Antes de crear el mundo… Dios amaba”.
En este sentido, quiero decir que la ternura es revolucionaria si es inteligente, esto es, si se aplica con cabeza y a la resolución de las dificultades que se plantean en los espacios de convivencia humana. La ternura inteligente se alimenta, por supuesto, del respeto a las personas, a sus diferencias y del amor a la libertad.
A veces se desprecia la ternura como una conducta propia de personalidades débiles, pero en realidad tratar con ternura a los demás requiere de ordinario una gran fortaleza personal. Es necesario en muchas circunstancias aprender a pedir perdón, a decir “lo siento, me equivoqué”, “no lo haré más”, y −como enseña el papa Francisco− exige también emplear muchas veces esas otras dos expresiones tan típicas del cariño: “gracias” y “por favor”. También la sonrisa amable y la escucha paciente, son formas de la ternura.
Estoy persuadida de que la ternura es verdaderamente revolucionaria si no tenemos miedo a querernos y a expresarnos adecuadamente ese cariño, No sé porqué el demostrar que tenemos corazón, que estamos en las cosas de los demás, que damos un beso como expresión de lo que llevamos dentro, que no nos ponemos una coraza para tratar a los que conviven diariamente con nosotros, pareciendo de piedra, estirados.....es la manera de tratarnos; y no es así, no conduce mas que a distanciamiento , y si además esa ternura la aplicamos con inteligencia para lograr así cauterizar las heridas que torpemente tantas veces nos hemos infligido unos a otros, seríamos más felices.
Pero en realidad tratar con ternura a los demás requiere de ordinario una gran fortaleza personal, no es debilidad. No se puede ir por la vida frenando los sentimientos. Por eso dice el Papa Francisco que sea inteligente.
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