UN AMOR DE VERANO.........


¿Quien  no  ha  tenido  un  amor  de  verano,  cuando  eres  joven?
En verano muchos adolescentes descubren el amor. Esta época del año suele ser cuando Cupido hace de las suyas y asaetea los corazones bisoños e inocentes, pero que están en su más brioso latido. El dios del amor encuentra en los días de verano oportunidades propicias: los adolescentes salen más, y  las  pandillas  pasan  mucho  tiempo  juntos,  se hallan en más situaciones festivas y relajadas que durante el curso escolar, conocen a otros chicos y chicas, y las relaciones reales superan a las virtuales.


Un verano, con piscina, playa, excursiones, salidas, campamentos, deporte, fiestas, visitas… es propicio para tocar la realidad, y nada hay tan real como ese primer enamoramiento o ese amor estival.
 Por supuesto, el veraneo, genera nuevas situaciones para conocer a otros adolescentes. Aunque sea volver al mismo sitio que el año pasado, tenemos que pensar que para los adolescentes  o preadolescentes  puede ser totalmente nuevo, porque su forma de ver el mundo ha cambiado.
De un verano a otro, él o ella ya no son los mismos, ni lo son sus amigos. Ya no son chiquillos que salen a jugar, a hacer castillos en la arena, a ver quién llega más lejos tirándose a la piscina… sino exploradores de las emociones que de buenas a primeras bombea con fuerza su corazón.
Y Cupido está al acecho y dispara sus saetas sin ton ni son. ¡Qué dulce sabe ese pinchazo! De pronto, el/la adolescente enamorado/a se convierte en una nube de azúcar y pasa el verano como flotando en el aire.
 Seguro que la memoria de su móvil registrará momentos inolvidables; pero será su memoria vital la que guardará para siempre, pase lo que pase, un recuerdo imborrable de ese amor de verano que se queda pegado al alma como el caramelo efímero de la nube de azúcar se pega en los labios.
Pero la pegajosa nube de azúcar es también extremadamente volátil. A pesar de la pomposidad de su volumen, su contenido no es más que el de un pequeño dulce; como una tela de araña, se reduce a poca cosa cuando lo aprietas con los dedos. Por eso, los amores de verano, tan intensos, tan pasionales, tan azucarados… no suelen llegar al otoño.
Corresponde a los padres preparar a los  hijos para esos amores de verano que suelen acabar desilusionados.... saber  escuchar, aconsejar.....hay  tiempo  para otras  cosas.... no  es un  desastre......animarlos!!!!!!
Lo  que  si  es  cierto,  es  que  esos  amores  nunca  se  olvidan.........

Entradas populares de este blog

UNA ROSA EN EL LODO

DEJAR HUELLA